Podemos deducir de esto, que el arte no es algo en lo que nos podemos basar para explicar un fenómeno concretamente. Debido a su ambigüedad y forma abstracta de expresar, se dice que el arte trastorna el pensamiento de una persona, que no puede expresar una idea de forma que todos las interpreten y la conozcan de la misma forma que él. Aquí es cuando surge la ciencia para explicar estos fenómenos de la vida.
La ciencia es opuesta al arte, en el sentido de que no es ambigua y explica un fenómeno universalmente para que sea entendido de la misma manera por todos. Claro que este proceso ha requerido de mucho tiempo y esfuerzo de personas, quienes dedicaron o dedican su vida a investigaciones muy metódicas y a dar resultados muy precisos de estas.
Para llegar al conocimiento científico, hubo primeramente que cuestionarse y plantear ciertas hipótesis. En está etapa el arte desempeña un papel muy importante, ya que ha aportado innumerables ideas a los científicos, que los han ayudado para plantear muchas de sus hipótesis. Pero ya en la investigación, el arte se hace a un lado porque lo que busca el científico es dar una solución concreta a las hipótesis, que cumpla con determinadas reglas ya establecidas y además seguir los pasos del método científico experimental.
Al llegar a un determinado resultado, que ya fue experimentado bajo diversas condiciones se postula una teoría o una ley. Esta no puede ser ambigua y solo puede incluir lo que fue experimentado, es decir, no puede especular otros sucesos.
Al llegar a este punto hay que retomar la frase inicial y analizarla en todos sus aspectos: “El arte trastorna, la ciencia tranquiliza”. Hasta este punto nos hemos dado cuenta de, como el arte no da una respuesta concreta y sólo especula un fenómeno, trastorna al que busca una solución universal. A diferencia, la ciencia analiza el fenómeno cuantiosas veces hasta que da una solución universal. Esto quiere decir que tranquiliza los problemas de conocimiento que se tienen en ese momento. Pero acaso en la ciencia, ¿así de fácil llega al resultado universal de un fenómeno?, ¿con sólo seguir ciertos pasos y experimentar se llega a un resultado?, ¿dará respuesta a todos los cuestionamientos humanos?....
Eso es lo que los científicos e investigadores quisieran que sucediera, pero no es así. Aquí tendríamos la antítesis de la frase: “La ciencia trastorna, el arte tranquiliza”. Para llegar a una respuesta universal, se necesita estar constantemente investigando y experimentando, a prueba y error. En veces el científico cae en la frustración al no poder darle una respuesta a cierto fenómeno que lleva mucho tiempo tratándolo y tiene que tomar otros caminos que no le parecen agradables después de haber estado insistiendo tanto tiempo en una misma hipótesis.
Aquí podemos citar un ejemplo del libro “Los cuarks” 1, en donde nos perturban los conocimientos ya que nos habla sobre, que el átomo no es la partícula indivisible que imaginaban los griegos. Es más ni siquiera las subpartículas atómicas mas famosas (electrón, protón y neutrón) son esa partícula elemental que los científicos buscan. Según los científicos, existen muchas otras subpartículas como neutrinos, muones, femtos, o por ejemplo, algunas consideradas antimateria, pero no han llegado a lo que es en si esa partícula elemental. Ellos creen que podía ser el llamado cuark, pero es sólo lo dirán los experimentos futuros. Entonces con esto nos damos cuenta que, en el proceso de llegar al resultado es cuando la ciencia trastorna. Solamente hasta que se tiene un resultado ya comprobado es cuando tranquiliza el problema de conocimiento.
También otro caso que se aprecia la frase de forma recíproca es, ya que como la ciencia nos da respuestas a fenómenos fríamente, muchas veces el ser humano se rehúsa a aceptarlos como verdad porque no va muy acorde con lo que siente que es. Por otra parte, las respuestas que el arte da a los fenómenos, se puede decir que son más humanas, en el sentido que valora los sentimientos del mismo y que de cierto modo son en la mayoría de las veces, estas respuestas artísticas, son más agradables para la persona que las está interpretando.
Por ejemplo para una persona, si por medio de la ciencia se le explica como es el funcionamiento de su cerebro, o de sus sentidos, vemos que la ciencia le dice que, para poder pensar, ocurren ciertas reacciones químicas en las neuronas del cerebro, y que por ejemplo nosotros podemos sentir gracias que se producen estímulos en forma de impulsos eléctricos que se codifican y dan determinadas respuestas.
1 “LA GRAN ILUSIÓN II. Los cuarks”, Jorge Flores Valdés. La ciencia 22 desde México.
Si a una persona le explican de esa forma, en la mayoría de los casos, no es agradable oírlo. Muchas veces ya se tienen preconceptos erróneos y puede que simplemente rechacen esta idea. Prefieren mejor otro tipo de explicación, como verlo en una pintura, escucharlo en una canción, cosas que embellecen la esencia del ser humano y que dan motivación apreciarlas. Por eso es que las personas, aunque ya saben que las explicaciones que da la ciencia son verídicas en su mayoría, prefieren optar por otros caminos.
Entonces, llegamos al punto en que vemos que, depende del enfoque que se le de a la frase, podemos afirmarla o negarla.
Si la analizamos como se plantea: “El arte trastorna, la ciencia tranquiliza”. El arte nos da respuestas a interrogantes que son interpretadas de distintas maneras por lo que no se puede basar en ninguna para considerarse un conocimiento universal. Por ello la ciencia investiga más a fondo un determinado problema y busca darle un significado preciso.
Si la frase se analiza al contrario: “La ciencia trastorna, el arte tranquiliza”. Es cuando es tan difícil dar una respuesta científica o ésta simplemente no es la esperada psicológicamente por la personas, y no es aceptada las personas generalmente en este último caso. Aquí es cuando las personas recurren a la respuesta que les brinda el arte, ya que, por el momento, y debido a que el hombre no puede vivir en la duda, simplemente, es el arte la respuesta que va a satisfacer ese problema de conocimiento que se tiene.
Estoy de acuerdo con la frase a analizar, “El arte trastorna, la ciencia tranquiliza” primeramente porque, el arte es un medio abstracto de expresión, que ayuda a recrear imaginación, pero que no podemos establecerlo como algo que aporte un conocimiento universal, porque la interpretación que se le da, difiere de persona a persona.
Además, muchos de los problemas de conocimiento son solucionados por medio de la ciencia. Gracias al método científico podemos estar seguros de que el resultado es confiable, ya que detrás de él hubo una intensa investigación y experimentación. La ciencia en si surgió para calmar los problemas de conocimiento, esa sed de conocimientos, que mientras se esté vivo nunca termina.