Finalmente Muere en Madrid el 22 de abril de 1616, culminando así su azaroso estilo de vida; de miserias y penurias económicas.
En literatura, el Barroco corresponde al período que sucedió al Renacimiento. Se extiende durante los siglos XVI y XVII, impregnando así, todas las manifestaciones culturales y artísticas europeas. Este surge como reacción en contra de los ideales renacentistas y medievales. Cervantes escribe y ambienta su obra, respetando la tendencia literaria de la época, el Barroco. Predominaba el afán por el ridículo, por cuanto la obra de Cervantes tiene como objetivo burlarse de las novelas de caballería de la Edad Media.
Titula su novela con el nombre de “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Esta es una visión retórica y burlona de las novelas de caballería de la Edad Media. Su forma de escribir es característica del barroco.
Actualmente, su obra es considerada como la primera novela de la literatura moderna, y uno de los mejores escritos universales. No obstante en sus principios, su etilo y su lenguaje fueron duramente criticados por sus contemporáneos.
La novela trata sobre un personaje llamado Alonso de Quijana; oriundo de una región de España llamado La Mancha. Trastornado por las novelas de caballería, Quijana decide transformarse en un caballero andante. Así entonces, lucha por ideales justos, ayuda y defiende a los necesitados y además calma y alienta a los abatidos. Claro está que éste idealismo del caballero andante medieval es inexistente en la época Barroca, donde la exageración, la burla y la ridiculez, son las doctrinas que dominan. En el transcurso del libro, Alonso Quijana o Don Quijote como el se rebautiza, es ridiculizado, maltratado y humillado por diversas personajes, esto porque su locura le hacia tergiversar la realidad; transformándose así, en un caballero andante frustrado, digno de mofa y guiado por la insensatez. Como máximo ejemplo de su ridiculez, podemos citar el capitulo en el cual el barbero y el cura queman la biblioteca de Don Quijote, haciendo creer a éste que un mago maligno había cometido tan horripilante hecho.
Paralelamente, el hecho de que Don Quijote sea un caballero andante frustrado, simboliza indirectamente a su propio autor, Miguel de Cervantes, puesto que él fue un militar frustrado. El Quijote es una vívida reseña de la vida que llevó Cervantes.
Analizaré a continuación el capitulo IX de la obra que consagró al español Miguel de Cervantes y Saavedra como novelista, actualmente considerada como símbolo de la literatura castellana; El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
El motivo de este capitulo es la batalla que tuvieron el gallardo vizcaíno y el valiente manchego, sin embargo existe también un hecho en particular muy relevante a la historia. Hallándose Cervantes en un mercado en Toledo, sorpresivamente encuentra la historia de Don Quijote de la Mancha escrita por un historiador arábigo, Cide Hamete Benengeli. Este acontecimiento desata cierto contento en el autor, el cual emplea para la traducción del libro al español, la ayuda de un morisco toledano.
A lo largo de la lectura el narrador adopta diversas perspectivas narrativas, predomina un narrador del tipo omnisciente, es decir, conoce, domina e interpreta aquello que acontece; pues sabe con certeza todo lo que ocurrió y ocurrirá, conoce incluso los pensamientos de los diversos personajes. Es capaz de hacer comentarios sobre el comportamiento de estos, puesto que domina su pasado y por lo mismo, puede explicar las causas que lo han conducido al momento actual. Critica y formula juicios, narrando en tercera persona gramatical.
El fragmento seleccionado nos presenta a un narrador protagonista que corresponde a un personaje de la obra narrativa, puesto que este relata su propia historia o parte de ella.
“Estando yo un día en el Alcaná de Toledo…”
Utilizando la primera persona gramatical (Yo), el autor, se introduce en su obra y cuenta una de sus vivencias personales, que el considera inherente a la obra, y por lo mismo tiene estrecha relación con ella. No obstante, esta intervención menor, es solo por algunas líneas para continuar luego con el relato de la batalla entre el vizcaíno y el manchego.
Claramente, existe una estrecha relación entre el narrador y el mundo narrado al cual éste hace mención; en este caso, el narrador se encuentra fuera del mundo narrado, ya que relata los acontecimientos de forma anexa y externa a los personajes. Narra los hechos de manera fluctuante, vadeando del pasado al presente o viceversa, pero nunca al futuro. Narra los hechos en forma clara, utilizando para ello un lenguaje que permite una comprensión cabal de lo acontecido.
El tiempo, en una obra narrativa, puede ser organizado y distribuido de acuerdo a las necesidades de la intriga y no atendiendo a las continuación y duración de nuestro espacio real. El episodio del mercado en Toledo, transcurre durante un largo período de tiempo, sin embargo es narrado en pocas líneas; en este caso se presenta una condensación temporal.
En lo que a elaboración del tiempo respecta; en esta obra, el narrador utiliza ambas técnicas, no sólo la de condensación temporal, narrando largos periodos en un par de líneas sino también la de distensión temporal, amplificando hechos que transcurren en un par de segundos a extensas páginas de escritura.
La actitud narrativa es el modo específico de relacionarse el narrador con el lector. Cervantes posee la particularidad de incorporar al lector de forma íntima y dinámica, logrando con éste una estrecha comunicación. En este caso incorpora al lector, pero de forma epistolar, dirige su relato exclusivamente a ciertos lectores (sólo a aquellos que concuerdan con su estado de alma). Implícitamente éste excluye a cierto tipo de lectores, los cuales en este caso, son todos aquellos seguidores de novelas de caballería, y para los cuáles, éstas son algo que respetar y no objeto de burla o mofa.
El narrador puede utilizar diferentes clases de procedimientos expresivos del lenguaje para presentar su relato. En lo que al modo narrativo respecta, el estilo que predomina es el directo, ya que lo dicho por el narrador es corroborado mediante el dialogo y la acción de los personajes, expresando en sus vocablos sentimientos, estados de ánimo y pensamientos.
El estilo indirecto, también está presente en la obra, principalmente en el fragmento en análisis. Corresponde al dominio del narrador como el encargado de reproducir las palabras o los pensamientos de sus personajes. Los acontecimientos dejan de ser palabras que el lector percibe y están integrados en un relato.
“Cuando yo oí decir Dulcinea del Toboso, quedé atónito y suspenso, porque luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de Don Quijote con esta imaginación le di prisa que leyese el principio; y haciéndolo así, volviendo de improviso el arábigo en castellano, dijo que decía; Historia de Don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo.”
En este ejemplo se observa que el narrador utiliza un estilo indirecto, caracterizado por el empleo de la una conjunción subordínate (que): “…dijo que decía; Historia…” ésta equivale a la pausa producida por los dos puntos al guión que indican la presencia de un diálogo.
Claramente el fragmento presenta el relato de hechos ocurridos en un tiempo anterior al que tiene la acción presente narrada. En otras palabras, es un recuerdo que puede ser fugaz o largamente desarrollado. La primera técnica recibe el nombre de flash back y la segunda, de racconto.
El narrador relata las aventuras del Quijote a medida que éstas transcurren, este es el caso de la batalla del vizcaíno con el manchego la cual tiene lugar en este capítulo; aunque ésta técnica predomina a lo largo del capitulo, y de toda la novela, existe también el tipo de narración rememorante, ya que tanto el narrador como los personajes ‘retroceden’ el tiempo, recordando hechos y acontecimientos.
“Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero…” (Verbos en pasado).
Los personajes son lo entes ficticios que habitan en el mundo narrado, participando de la acción. Piensan y actúan del mismo modo que los seres reales, pero han sido creado por el escritor, quien los convierte en seres únicos e irrepetibles. Es así como Cervantes da vida al inigualable Don Quijote de la Mancha. Sin duda alguna este es el personaje principal de la novela. Aunque no se conoce con certeza su verdadero nombre, conjeturas verosímiles aseguran que se llamaba Alonso de Quijana. Nuestro hidalgo frisaba en los cincuenta años; era de complexión recia, enjuto y de rostro largado, madrugador y aficionado a la caza. A lo largo de este capítulo no existe descripción del Quijote, por cuanto Miguel de Cervantes asume como personaje principal, en su rol de narrador protagonista. No obstante, en capítulos anteriores pudimos conocer algunas de sus características tanto físicas como sicológicas. Dentro de éstas últimas destaca su insensatez e ingenuidad, es un personaje iluso, el cual constantemente tergiversa la realidad, imaginado situaciones inexistentes. En el aspecto social, podemos inferir que debido a su locura carece de amistades, a excepción de Sancho Panza, su fiel e inseparable escudero, el cual lo acompaña en todas sus aventuras. Según la relación existente entre los personajes y el acontecer, pueden ser clasificados en principales o protagónicos y secundarios. Es por lo anterior, que clasificamos al escudero de Don Quijote como personaje secundario.
Existen también caracteres que intervienen ocasionalmente y luego desaparecen, a éstos se les conoce como personajes episódicos. Algunos ejemplos son el mercader y el morisco toledano.
El lugar físico donde transcurren los acontecimientos es en el Alcaná de Toledo, una especie de barrio de mercaderes, comparable con lo que hoy en día conocemos como mercado.
Sin duda alguna Miguel de Cervantes escribió una obra divertida, rebosante de jocosidad y humor. Mezcla elementos de la novela y la poesía pastoril; podríamos decir también que es uno de los precursores de la ciencia ficción, género muy utilizado hoy en día.
Varias veces afirmó que su primera intención era mostrar a los lectores de la época los disparates de las novelas de caballerías. En efecto, el Quijote ofrece una parodia de las disparatadas invenciones de tales obras. Pero significa mucho más que una invectiva contra los libros de caballerías.
Por la riqueza y complejidad de su contenido y de su estructura y técnica narrativa, la más grande novela de todos los tiempos admite muchos niveles de lectura, e interpretaciones tan diversas como considerarla una obra de humor, una burla del idealismo humano, una destilación de amarga ironía, un canto a la libertad o muchas más. Entre otros aportes, El Quijote ofrece asimismo un panorama de la sociedad española de los siglos XVI al XVII. Presenta personajes de todas las clases sociales, representa las más variadas profesiones y oficios, y además muestras costumbres y creencias populares. Sus personajes centrales, don Quijote y Sancho Panza, constituyen una síntesis poética del ser humano. Sancho representa el apego a los valores materiales, mientras que don Quijote ejemplifica la entrega a la defensa de un ideal libremente asumido. Más, no son dos figuras contrarias, sino complementarias, que muestran la complejidad de la persona, materialista e idealista a la vez.
La personalidad y el espíritu “guerrero” de Don Quijote hacen de este, un personaje sencillamente encantador. Se convierte en caballero andante para luchar ideales justos proponiéndose realizar también "todo aquello que pueda hacer perfecto y famoso a un andante caballero". Para lo anterior, imita el modelo de Amadís de Gaula, al cual don Quijote le debe un inmenso respeto y admiración.
Caracteres como los que dio vida Miguel de Cervantes, carece nuestra literatura contemporánea, la cual presenta personajes vacíos y burdos. Por su simpatía y carisma Don Quijote trasciende barreras culturales y geográficas. Esta apreciada joya de la literatura castellana ha sabido conquistar al mundo entero, y es quizá, junto con la Biblia, la obra que se ha traducido a más idiomas, pasando a ser sus personajes, verdaderos estereotipos de renombre universal.