Podemos ver desde el título del poema la impotencia del yo poético frente a la presencia de la amada, pues es como si sus bordas, sus velas para navegar, estuvieran congeladas, impidiéndole el avance. Esto nos presenta la sensación de congelamieno que traen los nervios frente a la posición incomoda de la indecisión de acercarse a la amada, opuesta por la timidez del yo poético.
Consecutivamente, esta impotencia llega al extremo de lograr que el yo poético esté dispuesto a servir a su amada, a seguir sus órdenes, pues se queda sin recursos para acercarse a ella. Ésto es lo que se entiende por “tus ojos son dos rubios capitanes”, pues la mirada de su amor platónico es un hecho muy significativo, y se siente comandado por ésta.
Además, se puede notar que la amada se mantiene siempre lejana, es una amor platónico mas que una relación amorosa tradicional. Esto es resaltado cuando el yo poético menciona al “vaporcito encantado siempre lejos”. Sin embargo, de este alejamiento por una distancia corta, se pasa a una distanciación física mucho mayor, que ocurrre por la partida del yo poético.
Luego, el yo poético explica la triste 'despedida' con su amor platónico, al utilizar el simbolismo de “un brevísimo pañuelo rojo” lo cual simboliza una breve despedida, que logra el efecto de crear una tristeza imaginaria de la amada en la despedida, que es en realidad inexistente. Esto se debe a la inexistencia de un vínculo personal bilateral entre el yo poético y su amor platónico. Esta es tal vez la última vez que el yo poético ve a su amada.
Además, la simbología del pañuelo rojo se extiende a mostrar lo dolorosa de la despedida, pues al decir “que ondea en un adiós de sangre”, se crea el efecto de despedida en extremo dolorosa, haciendo tanto daño en el yo poético que metafóricamente sangra, imitando la sudoración de sangre de Jesucristo previamente a su crucificción, por el dolor que sabía que iba sentir al partir por primera vez del mundo .
Finalmente, el clímax de su partida demuestra una partida breve, pero que se hace duramente larga, tal como la partida del sol en el día para dar paso a la noche, poetizado por la frase “la estrella de la tarde partirá”, lo cual indica que el sol parte, lo cual a su vez significa que el yo poético parte, de manera que no vuelve a ver a la amada por una separación física que imposibilita su reencuentro con ella, de la misma manera que el sol no vuelve a ver parte de la tierra durante la noche, lo cual nos podría decir que vuelve a ver esta amada en un período siguiente, tal como la aparición cíclica del sol. El efecto de este partir comparado al del sol es un partir lento, triste, por el horizonte, hasta que la amada se pierde de vista.
En conclusión, el poema Bordas de Hielo de César Vallejo muestra el amor platónico de un yo poético, el cual nunca llega a convertirse en una relación bilateral real, aunque se expresa cierta bilateralidad en el momento de la despedida en los labios del amor platónico. Además, se ilustra la dolorosa y lenta partida del yo poético, que aún siendo relativamente breve, se hace larga los ojos del yo poético por la pesadez que esta trae.
895058.doc Creado el: IT Systems Department