Guillen hace uso de otra figura literaria además de la metáfora: la antítesis. El menciona que Cuba está “batida por olas duras y ornadas de espumas blandas”. Los adjetivos “duras” y “blandas” dejan que el lector comprenda como la sociedad cubana esta contrastada y dividida, ya que posee carácter sólido y duro, pero germinan las condiciones para una revolución pues tiene puntos de acceso, o puntos blandos, que permiten sublevación, rebelión y reivindicación. Guillen también hace uso del asíndeton, por medio del cual el intenta comunicar mensajes más abruptamente, pero de manera clara y concisa acerca de la realidad geográfica/política de Cuba. Él lo logra evitando conectores y haciendo uso de comas al final de los versos 4, 6 y 9: “y ornada de espumas blandas,”, “y el viento que la rechaza,” y “un largo lagarto verde”. En este apartado también se evidencia uso de él hipérbaton en el verso 8, donde Guillen retoma “navega Cuba en su mapa” cuando en realidad el orden sintáctico adecuado sería “Cuba navega en su mapa”. Este efecto tiene como intencionalidad fundamental ser eficaz transmitiéndole al lector cierta relevancia hacia Cuba, siendo peculiar en su descripción inusual, pero enfático en la terminología sobre la isla. Por último, el autor hace uso de una figura literaria más: la personificación. La personificación se nota en el quinto y sexto verso del poema, donde el autor menciona “bajo el sol que la persigue” y “y el viento que la rechaza”, por medio del cual el autor tiene una intención de proporcionar cualidades humanas, ya que quiere hacer sentir la realidad cubana lo más sensible y personal posible, asumiendo papeles humanos en objetos o elementos inanimados.
En concreto, el primero bloque de sentido intenta comunicar el tema de las disputas políticas y la antagonía inminente entre revolución y dictadura ya que el autor, por medio de las figuras literarias, en ultimas intenta centralizar la percepción del lector en una Cuba desolada y en exilio: el lector puede notar como la comunidad internacional está intentado estancar a Cuba, haciendo saber que vive una sola realidad independiente, la realidad de la revolución, y de qué manera.
En el segundo bloque de sentido, que oscila desde “Alta Corona de Azúcar” en el undécimo verso, hasta “con ojos de piedra y agua” en el verso veinte. Este bloque de sentido trata más una temática historia, proporcionando evidencia más que en cualquier otro apartado acerca de la réplica popular ante una Cuba agrietada, doliente y perversa hacia la generalidad: en específico sobre la voz afrocubana.
En cuanto a figuras literarias, Guillen opta por ser más emblemático. Al referirnos a emblemático, es específicamente a retomar iconografías y detalles de la cultura cubana para destacarlos como algo que está siendo afectado. Un ejemplo de esto sucede con el azúcar. Cuba ha sido dependiente del azúcar como medio de sustentación económica, así mismo siendo el mayor ingreso que recibe el país, y el producto que más exporta conjunto con el níquel y los elementos petroquímicos. Esta dependencia se nota en tanto el autor realiza una hipérbole, mencionando una “Alta Corona de Azúcar” que no es libre: “no por coronada libre, si de su corona esclava”. Con esto, Guillen sostiene una intención de adentrar al lector hacia la Cuba que sufre, una Cuba que ha sido esclavizada en desafuero, donde su mayor producto que ha sido contemplado como pilar de él régimen, ha sido quebrantado. Con el mismo verso, el undécimo verso, el que se refiere a la “Alta Corona de Azúcar”, Guillen, quizás indirectamente hace uso de la aliteración, al toman en cuenta la sonoridad de la vocal “a” y la repite 5 veces en 4 palabras. Esta melodía tónica que adquiere el verso es quizás algo inoportuno, no obstante, la vocal “a” suele remarcarse de manera sustancial dado su sonido inminente, y se podría así deducir que el deseo de reforzar el concepto de padecer un dolor cubano es inclusive reforzado más y más con el uso de esta figura.
En síntesis, el segundo bloque de sentido posee una característica fundamental, y es que juega con los componentes de sostenibilidad y equilibrio de la generalidad cubana: fundamentalmente hablando acerca del azúcar. Además de relacionarse directamente con la historia pre-revolucionaria, y exhibir más notoriamente la realidad afrocubana, el concepto del azúcar es determinante, pues, considerando la trascendencia que ha significado el azúcar en la sociedad cubana, no solo como principal componente de soporte económico, pero también como medio de representación e identidad mundial, es utilizado para referenciar el esclavismo. De esta forma, con esta referencia, el lector tiene un entendimiento más amplio y vasto, mediante el cual logra comprender la dimensión de la complejidad que cubre a Cuba en aspectos varios.
En el tercer y último bloque de sentido, que va desde “junto a la orilla del mar,” hasta “con ojos de piedra y agua”, se nota que la intención del autor radica en mostrar un preludio a la revolución. Guillen intenta exhibir este escenario, por medio de descripciones muy fuertes y cargadas, al igual que con terminología para exponer ambiente de la revolución. El autor trata de cerrar el poema de una forma muy poderosa, al constituir un ambiente de beligerancia intuitiva que desarrolla la población cubana para acercarse a una libertad anhelada sobre el régimen de Fulgencio Batista, que se extendió en dos periodos, desde 1940 hasta 1944 de forma democrática, y de 1952 hasta 1959 de forma compulsoria.
Entre las figuras literarias que Guillen utiliza para comunicar su canto afrocubano se encuentran: el asíndeton una vez más, la personificación, la simetría, la anáfora, y la paranomasia. El asíndeton está presente, una vez más, al realizar la omisión de conectores, en este caso, referentes a los versos 21, 22, 23 y 29: “junto a la orilla del mar, -verso 21-“, “tú que estas en fija guardia,-verso 22-”, “fíjate, guardián marino,-verso 23-” y “un largo lagarto verde,-verso 29-“. La intención del asíndeton es muy clara, y posee la misma relevancia e importancia que en su aparición en los bloques de sentido anteriores: plasmar un mensaje más concreto y sutil para alimentar la mente del lector con contenido muy detallado que hace que la comprensión de la revolución cubana sea más pulida y congruente. La personificación se encuentra con la misma intención que en el resto de sus apariciones en el texto lirico: hacer entender por medio de lo sensorial humano más allegada la problemática inminente como resultado de una injusticia social, provocada por una dictadura tirana e inhumana: “y en el grito de las llamas –verso 26-“es aquí donde se aclara que realiza el estamento personificado. Por otra parte, se puede encontrar la anáfora en el tercer bloque de sentido, al encontrar la repetición de un fonema al comienzo de varios versos, como es el caso de los versos 25, 26 y 27, donde el autor establece “y en el trueno de las olas, y en el trueno de las llamas, y en el lagarto despierto”. Lo ideal, según se puede deducir, corresponde a que el autor intenta hacer al lector saber que son secuenciales las ocurrencias en la isla, como el dolor, el sufrimiento, y la alusión de “un lagarto despierto” que corresponde a la iniciativa revolucionaria encaminada.
En pocas palabras, el último bloque de sentido recapitula y reproduce el deseo de plasmar y desarrollar una revolución lo más pronto posible, pues demuestra de qué manera Cuba sufre en grandes cuantías injustificadamente, y como necesita que haya un nuevo contrato social entre un gobierno/estado con el fin de satisfacer a la población en su base del día a día. Este bloque de sentido se presenta como el arpegio hacia lo que sería una de las transiciones más impactantes, inesperadas y políticamente extremas que surgirían en un estado en américa latina.