Héctor Abad Faciolince, por otro lado, plantea las características que nos condenan a estar estancados en las mismas condiciones que buscamos con tanto anhelo combatir. Este autor explica que los habitantes colombianos buscamos de diferentes formas para sentirnos “menos solos” y esto lo logramos siendo “menos individualistas y menos respetuosos de las formas sociales”. Estamos acostumbrados a evitar los esquemas de las sociedades civilizadas para lograr estar o sentirnos acompañados, sin embargo, descuidamos nuestro progreso personal porque no somos capaces de desprendernos de esos lazos. Al igual que García Márquez, este autor nos llama exagerados hasta el punto de ser irresponsables con esa cultura heredada alegre, ‘impregnada del sentido de la fiesta y el disfrute’ porque somos dominados por el hedonismo. Así mismo, también trata sobre nuestra capacidad de tener una ‘feliz e irreflexiva alegría’ continuando con su cuestionamiento acerca de la manera como hacemos las cosas; exagerados, irresponsables e irreflexivos. Y como no se puede dejar de lado, la causa de muchas de nuestras desgracias, el autor menciona ‘la miseria y la violencia’, razón por la cual somos juzgados alrededor del mundo.
Ambos autores presentan las ideas en sus textos desde un recuento histórico en el que primero están escritos desde términos generales y luego reducidos hasta localizarse en Colombia. Sin embargo los acontecimientos históricos en cada uno de los textos cumplen funciones diferentes ya que García Márquez los presenta como una causa directa de esas características perjudiciales e incluso de las que nos benefician también, y Héctor Abad Faciolince utiliza el aspecto histórico de su artículo como una percepción equivocada de los errores en los colombianos. Como fue dicho anteriormente, estos autores resaltan la falta de conciencia de los colombianos en todo lo que hacemos. Es tal vez esa la única razón por la cual no podemos superarnos, porque no somos concientes y actuamos irresponsable, desmesurada e irreflexivamente.
García Márquez utiliza los acontecimientos de nuestro pasado sangriento para destacar que la violencia y la discriminación que heredamos de nuestros antepasados nos siguen afectando ya que nos alejan de encontrar un progreso para todos. Nos hemos concentrado en pelear y tratar de acabar con cada una de las guerras que han surgido, sin ver que debemos buscar en nuestras raíces las causas de éstas, para así superarlas. En esas características que nos quedaron como legado se pueden encontrar algunas que no son sólo perjudiciales y no nos permiten desarrollar un proyecto de nación coherente, sino que además por medio de éstas es que el colombiano cree que no posee una identidad y por ende frena el desarrollo. Características así como que “somos dos países a la vez: uno en el papel y otro en la realidad” son las que no nos permiten ver nuestra identidad y caemos en circunstancias contradictorias como cuando ‘nos indigna la mala imagen del país en el exterior, pero no nos atrevemos que muchas veces la realidad es peor’.
Continuando, Abad Faciolince plantea en su texto algunos prejuicios que se han generado a través de la historia sobre los colombianos y a medida que su texto avanza, este autor desmiente estos prejuicios. Al hacer esto, el autor va construyendo la identidad colombiana por medio de características que se dan contrarias a los prejuicios presentados. Sin embargo, generalmente no se ve muy seguido cómo se pudieran contra argumentar los prejuicios acerca de Colombia porque ni siquiera los mismos colombianos sabemos cómo hacerlo. No somos concientes de nuestra propia identidad y terminamos por creernos esos prejuicios que nos degradan, haciéndonos pensar que no somos capaces de sobrellevar nuestros errores. Por ejemplo, seguimos considerando como “civilizadas” a un modelo de nación aún menos civilizada que la nuestra. “Aquí nos estamos matando absurdamente desde hace decenios, es cierto, pero nunca hemos asesinado a 160 000 personas inocentes en un solo instante.”
Según estos autores el problema radica en que los colombianos no conocemos aún nuestra identidad, sea porque algunas características de esta misma no nos lo permiten o porque estamos condenados por los prejuicios que se nos han impuesto a través de la historia. En cualquier caso, esto frena e incluso impide nuestro desarrollo, porque cada individuo debe saber utilizar su identidad (buena o mala) para el progreso personal y nacional. Pero existe una diferencia evidente e importante, y es que García Márquez plantea que el problema de nuestra identidad está en la identidad misma, o sea que es algo que está en todos nosotros y debemos aprender a vivir con él o aprender a suprimirlo. Abad Faciolince localiza el problema en unos enunciados que no son verdaderos, pues los prejuicios se dan por fuera de la realidad, y por ende, resultan más fáciles de superar, se trata simplemente de llegar a la verdad y dejar a un lado los complejos creados por otros.
Gabriel García Márquez presenta que algunas características de la idiosincrasia colombiana se convierten en factores perjudiciales para el desarrollo de un proyecto de nación coherente para que el lector genere conciencia que estas características se producen por un pasado sangriento y un presente de inconciencia, por lo que se debe solucionar garantizando un mejor futuro para nuestros hijos, y los hijos de los nuestros, por medio de la educación. “Nos hemos desgastado luchando contra los síntomas mientras las causas eternizan […] Talvez una reflexión más serena nos permitiría descubrir que nuestra violencia histórica es la dinámica sobrante de nuestra guerra eterna contra la adversidad […] Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social, y que la educación será su órgano maestro”. El autor busca cambiar este presente de inconciencia a través de este discurso para que sea un cambio de todos y para todos. Mejorar el país desde hoy para promover la esperanza en los pequeños habitantes, que serán quienes terminen de cambiarlo.
En el artículo “Contra todo complejo”, se expone que a pesar de que existan estas características que nos degradan y que crean prejuicios, los podemos superar. Consiste en aprender a separar lo que es verdad y lo que no, para así tomar lo que es beneficioso para el país y ponerlo en práctica. Son esos detalles que nos afectan negativamente, así como que no encontramos un punto en donde parar para evitar ser extremistas, y dedicar más tiempo a la reflexión para hacer cada cosa con más conciencia. Porque sólo así vamos a poder llegar más lejos que esas naciones “civilizadas” sin necesidad de que poderosas armas ni ataques a otros para mostrar lo que somos. “No somos la escoria del mundo, ni los peores bárbaros y delincuentes que hay sobre la tierra. No estamos genéticamente programados para hacer maldades.”
Ambos textos buscan presentar a Colombia mejorada, o cómo podría llegar a ser mejor. Buscan crear conciencia en el lector porque ambos autores mostraron creer que el problema mayor estaba en la inconciencia de los colombianos frente a lo que hacemos y nuestro entorno. Muestran una esperanza de recuperación, por ejemplo, Gabriel García Márquez la presenta al decir que espera “Que [la educación] canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia.” y Héctor Abad Faciolince lo hace trazando a Colombia frente a los demás países “En otro medio siglo podríamos estar mejor que ellos.” De nuevo, así como fue dicho anteriormente, por un lado García Márquez presenta una realidad en su texto, pues intenta crear la conciencia por medio del recuento histórico que cada uno de nosotros debería conocer porque es nuestro. Por el otro lado, Abad Faciolince presenta ‘teorías’ creadas por ignorantes que estaban lejos de conocer la realidad de este país. Por esto es que la naturaleza de los textos es diferente, porque García Márquez busca crear una conciencia genuina basada en razones y argumentos verdaderos, y Faciolince crea un sentimiento de conciencia sobre una ilusión porque los prejuicios planteados son falsedades.
En conclusión, de hecho, la identidad colombiana si es un tema que atrae a los autores contemporáneos, o ¿será la falta de ella? En ambos textos se puede ver cómo sus autores le atribuyen nuestra falta de progreso a las características de nuestra identidad que la niegan. Como fue planteado anteriormente, estos autores el problema radica en que los colombianos no conocemos aún nuestra identidad y por esta razón han llegado a la autoría de sus artículos. Así como estos autores, también existen otros que nos cuestionan lo que hacemos porque consideran que no poseemos una identidad fuerte. Se considera que las llamadas “naciones del primer mundo” si poseen una idiosincrasia, que han obtenido ese sobrenombre por el progreso que se evidencia en éstas a nivel mundial. Entonces, ¿eso significará que sus habitantes están identificados con su país? Estas preguntas se formulan posteriores a haber leído los textos de Héctor Abad Faciolince y García Márquez ya que fueron exitosos al intentar generar conciencia en el lector. Entonces, ¿será realmente verdad que la falta de identidad es la causa del atraso de un país? Estos países que poseen fuertes economías y potentes armas están sujetos a las mentiras y los engaños que le hacen a su pueblo, quienes a través de esas sienten más amor y están más identificados con su nación. Sin embargo, ellos se encuentran en un atraso aún mayor que el nuestro, porque si de mentiras se trata, al menos las mentiras que se nos dicen a los colombianos vienen de los prejuicios creados por personas externas, lejos de conocernos de verdad, pero las mentiras que les dicen a las personas de los países desarrollados, esas vienen de su misma gente.