Sin embargo, ninguno de estos opulentos personajes se convierte en el protagonista de la obra. Dicho protagonista es muy diferente a todos los dueños de la empresa y proviene de origines humildes. Su nombre es Javier Miranda y se asocio con la corrupta empresa mediante a Cortabanyes. Miranda acababa de regresar de Barcelona después de vivir muchos años en Nueva York. Su padre se había muerto y el necesitaba una fuente de recursos para mantenerse. Los amigos de su padre le consiguieron unas cartas de recomendación, las cuales le ayudaron a conseguir un trabajo. Cortabanyes, quien no estaba involucrado en la empresa pero quien aun así seguía apoyando a su hijo, contrato a Miranda como el asistente personal de Lepprince.
Durante la mayor parte de la obra, se puede concluir que Miranda fue un personaje que fue victima de las circunstancias y de su propia ignorancia. Miranda necesitaba un trabajo y no tenia otra opción que aceptar la oferta de Cortabanyes. Cortabanyes no estaba asociado con la empresa cuando Miranda regreso a España. Si lo hubiera estado, es posible que Miranda no habría aceptado el trabajo porque el tenia una personalidad muy pacifica y probablemente no habría querido estar involucrado con una empresa que fabricaba armas de guerra. Pero era imposible que el supiera que su patrón estaba directamente asociado con la compañía y que lo quería utilizar para motivos ilegales. Es decir, no fue su culpa que la primera persona que le ofreciera trabajo fuera un hombre corrupto.
La personalidad de Miranda refleja sus acciones y su comportamiento frente a los otros personajes y frente a las situaciones en las cuales se involucra. Miranda es noble, bondadoso, y leal, pero estas características lo convierten débil y vulnerable. Es un personaje ambiguo porque no se puede definir a si mismo, y tampoco se define en la obra. Su situación es confusa, porque Miranda no esta seguro si desea ser un canalla o si prefiere ser leal y honesto como generalmente lo es. Además de todo, Miranda se caracteriza por ser muy ingenuo. Su inocencia es una de sus características que mas lo amortiguan en la obra y en las circunstancias en las cuales se involucra. Como he mencionado ya antes, no fue culpa de Miranda que su primer trabajo hubiera sido regido por un hombre de dicha corrupción. Aun así, su primer empleo importante era acompañar a Lepprince a contratar a unos matones que trabajaban como acróbatas. Esto debió haberle dado una pista a Miranda de que su jefe trabajaba en negocios ilegales. Sin embargo, Miranda conoció a María Coral durante su trabajo, y se enamora de ella. Mediante su trabajo, igualmente, Miranda conoce a Teresa Pajarito de Soto, la esposa de Domingo Pajarito de Soto, quien es un reportero contratado para hacer una investigación sobre la compañía. Miranda eventualmente se hace muy buen amigo de Lepprince, aunque la mayor parte del tiempo Miranda es inconciente de las hazañas de Lepprince. El se entera que Lepprince no es particularmente honrado, pero aun así, Miranda no se retira de su lado. Miranda provenía de orígenes humildes y no estaba acostumbrado a tener una vida como la tenían Lepprince y los otros dueños de la fabrica. También estaba infatuado con María y Teresa (cuya relación nunca concluyó) y por el dinero que la compañía le podría ofrecer. Miranda, aunque tenía un fuerte sentido de justicia, se dejo tentar por las comodidades que lo rodeaban, y para hacer frente a su pasado, ignoró su sentido de honestidad y siguió involucrado en el mundo de Lepprince.
Miranda, aunque sea leal y honesto, también tiene la tendencia de ser persuadido muy fácilmente. Miranda creció en una familia algo desamparada, así que no estaba acostumbrado a la vida de lujo que llevan sus otros compañeros de trabajo. Es algo acomplejado y trata de imitar a Lepprince, ya que piensa que Lepprince es superior a el. Miranda es torturado por la vida, porque no logra triunfar ni como canalla o como héroe. Su trayectoria conduce inevitablemente al desencanto, a un sentimiento de frustración y fracaso. Por lo tanto, Miranda nunca esta seguro de lo que realmente quiere, lo cual es un símbolo de inmadurez.
Una característica negativa de Miranda es su inocencia. Miranda se convierte un buen amigo de Lepprince, pero aun así, no se da cuenta de la forma en la cual Lepprince lo usa. Lepprince lo persuade a contraer matrimonio con María Coral, de quien Lepprince estaba completamente enamorado. Sin embargo, Lepprince no podía públicamente involucrarse con María, ya que ella era una prostituta y el ya estaba casado con la hija de Savolta (lo cual era parte de uno de sus esquemas para subir de rango en la compañía). Lepprince deseaba estar cerca de María y volverla su amante, así que arregló su matrimonio con Miranda. Miranda, atascado en su marco de ingenuidad, no se dio cuenta como su esposa lo engañaba con su mejor amigo, y no se entero sobre la situación hasta que María se lo confesó. Es posible que al final de todos los acontecimientos de la obra que Miranda logra madurar como persona y logra comprender quien es el y quien quiere ser. El descubrimiento de que su mejor amigo y su esposa lo estaban engañando fue un golpe duro para Miranda, pero sin embargo, como Miranda es tan noble, la perdonó y permaneció con ella. Esto demuestra su carácter vulnerable y su facilidad de ser tentado por otras personas.
Aunque Miranda no fue un socio primordial para la compañía y aunque fue manipulado y usado por la mayor parte de la obra, el fue el único que sobrevivió. Lepprince, Perrills, Claudedeu, y Savolta se murieron de formas trágicas y desgraciadas, y Miranda, quien era el más ingenuo y el más manipulado de todos ellos, logró sobrevivir. Su final en la historia es prospero: se reúne con su amada, María Coral, y ambos se van a vivir a Nueva York con el dinero que Lepprince les dejó antes de morirse. A pesar de todos los problemas que tenia este personaje, el logró encontrar un final adecuado, y en ocasiones fueron estos conflictos internos que lo ayudaron a conseguir lo que el quería y merecía.