Para continuar, el tema se reduce de América Latina a Colombia presentando la historia y la identidad de los grupos colombianos durante la época de la colonia. De esta manera hace una diferenciación entre la cultura de los amerindios y los españoles, sobretodo en la función del oro en el arte indígena contrastada con la valoración que le daban los españoles. El autor muestra así que la apreciación por los metales preciosos fue la causa de la decisión de los invasores a quedarse. Posteriormente, García Márquez presenta las consecuencias, de las que la principal fue la discriminación que se dio hacia la raza indígena por lo que muchos nativos murieron cruelmente. Pero con el tiempo las razas se mezclaron no solo españoles con amerindios sino también con los africanos, entonces se crea la raza mestiza que también es rechazada con respecto a cargos gubernamentales y colegios. El autor utiliza una hipérbole para enfatizar la segregación hacia la raza negra: “Los negros carecían de todo, inclusive de un alma no tenían derecho de entrar ni al cielo ni al infierno”. El autor utiliza el conector “pero” como un adversativo para el tema tratado. Se hace una relación con la actualidad en donde se plantea que esto también se refleja en la negación de algunos privilegios a los de raza negra en Colombia. Todo esto se presenta como las consecuencias del mestizaje que resultaron ser atroces y la hostilidad aumentó durante la independencia. Se resalta el sufrimiento y las muertes por los varios intentos fallidos de recuperar la libertad.
Más adelante, el autor trata el sub-tema de la herencia cultural que se presenta durante la república y en los tiempos de actualidad según el recuento histórico. García Márquez separa esta legado entre lo proveniente de los indígenas y los españoles. De los nativos se destaca la creatividad y determinación de ascenso personal, especialmente su importancia para encontrar una identidad sobrepasando los vacíos culturales. De los españoles se identifican cualidades como la astucia y la audacia para no dejarse morir no importar en donde se encuentren, sin embargo también se nota sobre todas las virtudes la falta de identidad entre los colombianos. Igualmente más adelante expone las cualidades de los colombianos en la capacidad de adaptarse a diferentes ambientes y culturas desde la perspectiva de aquellos que no viven en el país. Por esto el autor plantea una paradoja ya que pareciese que entre más lejos están los colombianos de su patria, más la añoran. Además también utiliza una metáfora al presentar este sentimiento característico de los colombianos viviendo en el extranjero, “nunca han podido sacudiese del corazón las cenizas de la nostalgia” ya que siempre buscan la manera de expresar el amor a todo lo referente a Colombia, bueno o malo. Los españoles trajeron una cultura bastante cerrada, no obstante, los libertadores se esforzaron abrir la nación “a los nuevos vientos de Inglaterra y Francia” por lo que el autor presenta una ironía en este sub-tema ya que muestra lo dependientes que somos, hasta el día de hoy, a culturas externas desde que somos una “nación independiente”.
Entonces, el autor evidencia en el texto información que permite al lector conocer las raíces del problema de identidad colombiana desde el punto de vista interno y del punto de vista externo. El autor presenta una hipérbole al referirse a la situación que se vive, a pesar de que como colombianos conocemos nuestros defectos, “nos hemos desgastado luchando contra los síntomas mientras las causas se eternizan”. Como colombianos nos caracteriza el conformismo, por ser individualistas, el amor por el dinero fácil, y la tendencia a buscar los extremos. Pero el autor expone una virtud acompañada de su contradicción por lo que se considera una paradoja, “Tenemos un amor casi irracional por la vida, pero nos matamos unos a otros por las ansias de vivir.” También se muestra la preocupación que se siente internamente de la imagen del país desde afuera utilizando el conector ‘pero’ nuevamente con el objetivo de presentar el valor adversativo de la frase: “Nos indigna la mala imagen del país en el exterior, pero no nos atrevemos a decir que muchas veces la realidad es peor”. Sin embargo no siempre lo que se ve en el exterior acerca de Colombia es negativo, pues a donde viva un colombiano no falta ‘la escuela 20 de julio junto a la cantina 7 de agosto’ y demuestra el amor (así sea solo cuando se está por fuera de Colombia) por el país.
En conclusión, como fue dicho anteriormente, la identidad latinoamericana y en concreto la colombiana han sido de gran importancia a través de la historia y ha requerido de su discusión desde textos a discursos políticos. El autor presenta exitosamente el problema de la identidad colombiana desde los comienzos de este país mostrando poco a poco cuales son las razones por las cuales los colombianos no poseemos una identidad fuerte. Sin embargo, al exponer estas razones está demostrando detalladamente las características de la identidad que pareciera faltar pero en verdad es el conjunto de todo lo dicho por García Márquez. Los colombianos hemos tenido una mala suerte porque la corrupción nos rodea, el narcotráfico y el lavado de dinero demuestran nuestro afán de conseguir dinero fácil, pero a pesar de esto, somos el país con el segundo himno nacional más bello del mundo, tenemos unas de las orquídeas más hermosas, somos personas emprendedoras que nos adaptamos a cualquier situación y por nada “nos dejamos morir de hambre”. Por estas descripciones el texto presenta una paradoja en la que se afirma que los colombianos carecemos de una identidad, mas se demuestra lo contrario a través del texto. Este discurso expone argumentos de diversas dimensiones como religiosa, ética, sociológica, antropológica, histórica y política por lo que se considera un texto completo y dirigido a casi cualquier tipo de audiencia eficazmente. El tema se puede contextualizar de varias formas ya que las características expresadas perduran hasta hoy en día aunque aparezcan camufladas en nuestras rutinas diarias, pero una de gran magnitud no solo en el país si no también a nivel mundial es el narcotráfico. Mediante el tráfico y el uso indebido de las drogas los colombianos han optado por encontrar el dinero fácil convirtiendo éste en el segundo mayor comercio mundial. Desde hace más de diez años los traficantes de drogas han hecho negocios por más de 500.000 millones de dólares anuales. Actualmente, Colombia es más reconocida por esta razón que por las verdaderas características valiosas que poseemos los habitantes. Pero hay mucho más de Colombia que lo que se ve en noticieros y se comenta casualmente en una conversación en Tailandia o Perú, por lo que es necesario que como colombianos encontremos la manera para reducir la magnitud de nuestros defectos y promovamos nuestra cultura que es una de las más felices del mundo. De esta manera podremos reflexionar y caer en cuenta de “cuál es la cara con que queremos ser reconocidos en el tercer milenio.”