¿Cómo conocemos la realidad? La realidad se nos muestra plural, efímera, múltiple, en un devenir constante de seres heterogéneos e, incluso, contrarios. Ha de haber algo que permanezca siempre, que sea estable y que nos permita diferenciar a unos seres de otros para poder pensarlos y reconocerlos. Si no, por ejemplo, ¿Cómo podríamos saber que un acto es valeroso o que un objeto es azul? Tiene forzosamente que existir el valor mismo, el valor en sí, absoluto, para que yo pueda referirlo a las distintas acciones que se realicen y que sean tales. Tiene que existir lo azul en sí para que yo pueda reconocer como azul un objeto cualquiera. Estos conceptos absolutos, son denominados por Platón ideas y éstas responden a la pregunta socrática ¿Qué es? Es decir, preguntan por la determinación o esencia de de cada cosa: el ser propio de cada cosa, lo que hace que cada cosa sea lo que es.
¿Cómo percibo la realidad? La realidad está integrada por todo lo que consideramos real, y lo que consideramos real es aquello que podemos ver, escuchar, y palpar. Cuando realizamos estas actividades, estamos utilizando tres de nuestros sentidos: la vista, el oído, y el tacto. Es través de ellos que percibimos principalmente la realidad: nos enteramos de que existe un objeto.
¿Qué conozco por apariencia? Manifestación externa, dada directamente a los sentidos, de la esencia de las cosas o, con más exactitud, de alguna parte de la esencia. En este sentido, la apariencia es equivalente al fenómeno.
¿Se conoce a la apariencia como subjetiva u objetiva? En la apariencia se encuentra un momento subjetivo: el fenómeno expresa de manera no adecuada, desfigurada, la esencia del sujeto. La apariencia es equivalente al fenómeno. En ella se encuentra un momento subjetivo: el fenómeno expresa de manera no adecuada, desfigurada, la esencia del sujeto. No obstante, sería erróneo reducir la apariencia únicamente a tal momento subjetivo, pues de uno u otro modo va unida a la esencia objetiva, de la que es una manifestación. Ese propio elemento subjetivo que da origen a una representación equivocada de la esencia del fenómeno está condicionado a menudo por factores objetivos. Al conocimiento corresponde reducir la apariencia a su esencia y explicar cómo ésta se manifiesta en la primera.
¿Es la apariencia que percibo verdad? Si todo lo que pensamos, si todo lo que nos aparece, es la verdad, es preciso que todo sea al mismo tiempo verdadero y falso. Respecto a la verdad, muchas razones nos prueban que no todas las apariencias son verdaderas. Por lo pronto, la sensación misma no nos engaña sobre su objeto propio; pero la idea sensible no es lo mismo que la sensación.
¿Cuál es la relación entre realidad, realidad y conocimiento? Conocer algo implica conocer su realidad. Ahora bien, hay grados de conocimiento: Saber: se entiende por tal el conocimiento seguro. Opinión: es un conocimiento probable. Platón la considera el único modo en que podemos conocer lo que se refiere al mundo sensible, porque es cambiante, y por tanto sólo podemos conjeturar sobre él. Ésta sería una limitación impuesta por el objeto mismo. Pero también el sujeto puede tener sus limitaciones: que el objeto sea inasequible al conocimiento humano o, simplemente, que el sujeto esté condicionado por opiniones previas, por ejemplo de su sociedad, que podríamos denominar prejuicios.
Podemos concluir que los sentidos constituyen una facultad del conocimiento que nos pone en contacto con lo real o existente, y una interpretación correcta de los sentidos podría llevarnos a una realidad. La apariencia aparece conjuntamente con el llamado "error de los sentidos", al cual se refiere una mala interpretación de los datos sensibles. En la mayoría de los casos, excepto cuando se rectifica, esto nos puede llevar a utilizar la imaginación, que podría definirse como la facultad de conocimiento sensible que tiene por objeto la imagen, que es como una representación de un objeto en su ausencia. A través de estas deducciones provocadas por el uso equivoco de la razón, el hombre llega a elaborar un concepto erróneo de una definición. El acostumbrarse a este concepto, y el utilizarlo cotidianamente, puede llevar al olvido de la realidad. Como dijo Aristóteles, “La única verdad es la realidad”.