Por ejemplo, la pintura/collage creada por Nina Vivian Huryn llamada “Baby”, es un retrato de al parecer un bebe prácticamente deforme, sin algunos rasgos de su cara. Esta obra fue avalada por diferentes instituciones internacionales y la artista fue proclamada como un genio, y la pintura como una obra de arte. En lo personal yo considera el cuadro horrendo; pero es obvio que hay gente que le pareció estupendo.
Este ejemplo es claro de que cada individuo percibe el arte de manera distinta, la percepción sensorial de cada individuo cambio su forma de captar la estética de un objeto. Podría afirmar que en lo que corresponde a las artes y la estética vemos y juzgamos las cosas como somos, como nuestra percepción sensorial no lo indique, y no como son, “feas” o “bonitas”.
Con respecto a la ética sucede algo similar.
En la ética, la existencia de las normas morales siempre ha afectado a la persona humana, ya que desde pequeños captamos por diversos medios la existencia de dichas normas, y de hecho, siempre somos afectados por ellas en forma de consejo, de orden o en otros casos como una obligación o prohibición, pero siempre con el fin de tratar de orientar e incluso determinar la conducta humana.
Estos medios que captamos son subjetivos, es decir cambian para cada persona, es por eso que mi teoría y las bases de la estética aplican para la ética también, pues vemos las cosas como “nosotros queremos verlas”, si algo es “bueno” o “malo”.
Dependiendo de los valores y la formación humana de una persona se tiene un criterio de si una determinada acción es correcta o no. En mi opinión el entorno de un individuo es fundamental para su percepción de la ética. Por ejemplo para un musulmán es completamente aceptable asesinar a otro hombre, mientras que para una persona de oriente es inmoral e ilegal.
El concepto de ética como elemento en la sociedad es subjetivo, es decir para algunos algo es ético y para otros no, es por eso que en cuanto a la ética respecta, nosotros vemos si algo es ético como somos, no como es dicha acción.
El concepto de ética como ciencia, es distinto, sin embargo en mi opinión también lo tomamos a nuestro parecer, y no como es en esencia. Lo que es “bueno” o “malo” cambia para las personas drásticamente, en mi opinión esto se debe al entrono y las circunstancias de la persona, una persona educada y con dinero, normalmente consideraría el robar como algo inmoral o “malo”, pero para una persona de bajos recursos la cual su esposa se encuentra enferma y no tiene dinero para comprar sus medicinas, tal vez este individuo vea el robar como algo necesario o incluso bueno. Es por eso que la ética puede ser subjetiva.
El que la ética o la estética sean subjetivos no quiere decir que pierdan su verdad, por que aunque son formas de conocimiento que pueden cambiar al parecer de las personas siguen llevando un orden, respetan un patrón, y aunque cambien tan drásticamente de un individuo para otro, a un determinado grupo de individuos resultará igual (Ej. Los musulmanes). Por ser subjetivas no pierden su verdad.
En conclusión, ambas formas de conocimiento, la ética y la estética, son subjetivas a mi punto de vista, pues dependiendo de cada persona y su perspectiva se llega a determinar si una pintura es bella, si una obra de teatro es entretenida o artística; o si una determinada acción está bien o mal.
El ser humano, es un individuo, es decir INDIVIDUAL, la percepción del mundo, de las ciencias, de las formas del conocimiento, incluso del día a día es algo que depende de cada persona, aunque si se puede ver influenciado por distintos aspectos, en esencia es personal y único. La percepción del hombre sobre el mundo es subjetivo y depende de cada uno de nosotros, por ende vemos las cosas tal y como somos no tal y como son.
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Por supuesto que vemos y entendemos las cosas tal como somos. Esto tiene que ver en cuanto a nuestra verdadera e interna necesidad. A veces contestamos de acuerdo a lo que queremos, justificándonos de la pregunta hecha sin dar una respuesta concreta. Quizás una espina que nos esta haciendo daño adentro de nosotros, nos hace contestar agresivamente. O simplemente nuestro estatus socio-económico y educación son las que rigen este criterio.
Si nuestra necesidad es de ver lo malo a las cosas, siempre le vamos a encontrar las dificultades, malechismos, infuncionamientos, lo “chafa”. A diferencia la gente que busca lo bueno y aprende de los errores gana mas en la vida. El que se encuentra en el trafico causado por un accidente automovilístico y se da cuenta de que gracias a que salio tarde de su casa y el niño se atravesó la calle y infinidad de cosas hicieron que se retrasara unos minutos; encuentra que el esta atorado en el trafico y no esta atorado en un choque. Al darse cuenta de estos detalles llegamos a la conclusión de que siempre hay que analizar las cosas para encontrar lo bueno y si es un error aprender de el para ya no tener que lidiar con ese problema.
Cuando alguien nos pregunta algo que de alguna manera no nos agrada o no queremos hablar de ella, simplemente contestamos con una respuesta alterna. Esto es por que sentimos que nos están presionando o incomodando de alguna manera. La inseguridad hace que actuemos de esta manera. Si sentimos que estamos siendo perseguidos por alguien contestamos con algo que nos safe de la interrogación. O simplemente la respuesta automática “a OK, no lo sabia” o “ no me había dado cuenta de eso”.
La cultura general es lo que nos categorizan entre ser culto o ignorante. Para tener cultura general es necesario leer mucho, lo cual no se ha inculcado mucho en la cultura de los jóvenes de la actualidad. Si no leemos no nos cultivamos y si no nos cultivamos no podemos entender y dar una buena respuesta a todo lo que se nos pregunta. Es muy diferente que una persona culta te explique una dirección para llegar a un lugar que una persona que es ignorante, ya que el ignorante quizás te manda por otro lado.
De acuerdo a lo que tenemos adentro vemos y entendemos la información y la procesamos. Desarrollamos habilidades que nos permiten identificar lo importante de lo que estamos viendo o haciendo.
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Esta frase hace relación con la subjetividad característica del ser humano en su interminable búsqueda de la sabiduría. Desde los más remotos comienzos de la historia escrita se ha dado este repetitivo fenómeno, tanto en las áreas humanistas como en las científicas. Los primeros historiadores antiguos escribían sobre los grandes hechos y hazañas de sus propias naciones, dándoles un toque novelesco de misticismo para engrandecer y mitificar la gloria de sus pueblos. Otro típico ejemplo es el de los teócratas de la Edad Media, que definían y ajustaban las leyes científicas de acuerdo a las doctrinas religiosas de la Iglesia y a su propia conveniencia, tildando de hereje a todo aquel que se atreviese a desafiar dichas leyes.
En lo que es el aspecto humanista, la Historia de la Humanidad esta repleta de casos de subjetividad; por donde se le mire, se encontraran datos que no encajen al contraponerlos con otras fuentes. Esta es una de las principales limitaciones en el trabajo de los historiadores, debido a que requiere mucho esfuerzo definir la veracidad de la información que se tiene a disposición, llegando en algunos casos a ser una labor imposible, dejando vacíos sobre la verdadera realidad de ciertos acontecimientos históricos. Esto se puede apreciar en los mas diversos momentos de la historia, en los que las entidades gobernantes del momento han sujeto a censuras ciertas informaciones en defensa de sus propios intereses, remarcándose los periodos de la Edad Media y el siglo XX como principales ejemplos de este proceso de distorsión de la realidad.
El siglo XX fue testigo de la más encarnizada lucha de clases conocida en la historia, donde dos ideologías verticalmente opuestas se enfrentaron a través de diversos medios por la supremacía del mundo. En el transcurso de los hechos, la política tuvo un papel protagónico a la hora de escribir la historia de este periodo. Son pocas las obras de la época que no tengan un marcado tinte político, de cualquier sector, que pueda ser definido analizando la forma en que se narran los hechos, y prácticamente ninguna que esté del todo libre de esta limitación. Es difícil para cualquier persona ser objetivo cuando el tema toca las creencias personales del autor, que generalmente trata de modificar u omitir cierta información incómoda, quizás para convencerse a si mismo de que esas verdades no son así.
Respecto al ámbito de lo científico, se pueden aplicar algunas propiedades parecidas a las que fueron descritas en el primer argumento. La tarea de las ciencias es la de dar explicaciones racionales acerca de los fenómenos naturales que nos rodean, pero hasta hace relativamente poco, esta rama estaba lejos de la exactitud y objetividad que deberían regirla. Antes de la creación de métodos generales para establecer parámetros e instrucciones universales en las investigaciones científicas, la ciencia era cosa de especulación y reputación. Los personajes más renombrados en los campos de la ciencia de su tiempo podían hacer cualquier afirmación, y esta sería respetada por la comunidad científica.
La Edad Media fue otro momento de manipulación de las leyes de la ciencia. Este periodo se marca por el dominio casi absoluto de parte de la Iglesia, que se impone como autoridad suprema sobre todos los asuntos humanos. Todas las áreas de la ciencia, además de otras ramas de conocimiento, como las artes, eran herramientas que usaban las autoridades eclesiásticas para respaldar la existencia de Dios y la envergadura de su poder como Creador, eliminando cualquier rastro de disidencia que amenazara con dañar la integridad del poder clerical y censurando toda la información que contradijera las verdades que imponía la Iglesia. Esta campaña de censura llevada a cabo por dichas autoridades se dio a conocer con el nombre de la Inquisición.
En los tiempos modernos, se establecieron ciertos códigos éticos para evitar que la subjetividad humana interfiriese seriamente con el progreso y la investigación de la realidad. Estos códigos éticos se basan en fundamentos morales, en su mayoría propios de la cultura occidental, y establecen reglas que aseguran que un trabajo de investigación sea veraz y confiable, sentando de esta manera las bases para que esta pueda ser utilizada como un punto de referencia para más investigaciones del tema a futuro. También se establecieron, como se mencionó con anterioridad, parámetros para regular las investigaciones científicas, basados en la verificación de teorías a través de la realización de experimentos que, según establece esta teoría, deberían llevar a los resultados que se esperan en esta, de forma que sea comprobada o refutada por dichos resultados.
La desventaja presente en los mencionados métodos de regulación, es que resulta difícil para muchos seres humanos lograr la objetividad dentro de las condiciones mencionadas en los párrafos anteriores, complicando la efectividad con que estos códigos son cumplidos. Es un ejemplo ya bastante conocido el que Einstein haya negado varias de sus propias conclusiones acerca del origen del Universo, debido a que estas refutaban las verdades que su propia religión tenía establecidas sobre este tema. La subjetividad es una característica primordial del ser humano, y en parte, es la responsable de hacernos propiamente humanos.
Con esto, se puede llegar a varias conclusiones. Si bien la frase propuesta en un comienzo, que dice “vemos y entendemos las cosas tal como somos, no tal como son”, es de varias formas cierta y aplicable, es correcto también señalar que se puede decir que vemos y entendemos las cosas tal como nos las presentan, no como son, debido a que en muchos casos, nuestra forma de ver el mundo esta influenciada por la forma en como los poderosos las muestran y exhiben, como una forma de mantener el ciclo del poder a su favor. El ser humano es un animal de rebaño, que en muchos casos podrá ser controlado manipulando su forma de ver la realidad en beneficio de unos pocos, generalmente con el objetivo de mantener una estructura sociopolítica y económica que favorece a ese grupo.
Como conclusión final, se puede asumir que este trabajo fue una innecesaria pérdida de tiempo, que fue gastado en analizar un tema que no contribuye en lo más mínimo en el desarrollo como persona, del autor