Cuando Robert Keohane y Joseph Nye escriben en 1977 su libro Poder e Interdependencia especificanen el mismo que el modelo us
Cuando Robert Keohane y Joseph Nye escriben en 1977 su libro Poder e Interdependencia especifican en el mismo que el modelo usado para el estudio es el norteamericano ya que es en el que basan su experticia y al que han estudiado exhaustivamente. Como investigadores y teóricos de las relaciones internacionales, se ubican críticamente en la teoría realista, aunque con amplios matices neorrealistas. Y formulan en el libro citado sus teorías en base a un pensamiento político sobre la economía mundial.
Del otro lado del océano Dieter Senghaas, un catedrático de la universidad de Bremen, presenta su teoría “¿Cómo concebir un gobierno global?” desde su visión idealista y basado en el modelo de un mundo globalizado, internamente fragmentado al que observa con visión marxista. El artículo publicado en 1994 tiene más de veinte años de diferencia con el libro de Keohane y Nye y por lo tanto se ubican en dos realidades del mundo ya completamente diferentes. Estos últimos ubicados durante la época de la guerra fría y el otro después de la caída del muro de Berlín y de la primera guerra del Golfo Pérsico.
La estructura básica tratada por Dieter Senghaas es el Estado y fundamentalmente aquellos que denomina países de la OCDE, a los que podría designar en otros términos como primer mundo. En Poder e Interdependencia también es el Estado la estructura básica, en este caso el estado-nación soberano. Ambos autores rigen su análisis desde el ángulo económico y hablan de la interdependencia, que en el caso de los países de la OCDE es relativamente simétrica y pasa a ser asimétrica para los países que Senghaas llama del “resto del mundo”, lo que sería definitivamente una situación de dependencia. Y en estos países el desarrollo retardado se halla enquistado en la agenda política. El autor destaca con vehemencia el papel intervencionista del Estado que permite que los países del Extremo Oriente puedan acceder a competir y ser parte del mundo OCDE, e indica que esto solo puede obtenerse a través del riguroso control político. Sin embargo no deja de aclarar que administraciones fuertes con prioridades equivocadas pueden conducir a efectos negativos y estos son pasos que atraviesan los países en sus procesos de desarrollo. Senghaas destaca que en los países del “resto del mundo” los mecanismos de control son débiles y por lo tanto cuando se intenta llevar una política de desarrollo a estos países lo único que se logra es proveer ayuda urgente y circunstancial. En el mundo global existe un proceso de fragmentación siendo este una entidad dividida. Mientras se desarrollan las estructuras centrales, que tienen leves fracturas que podrían constituir un peligro para la paz OCDE a futuro; las zonas periféricas son marginadas, con desarrollo marginado y por supuesto no constituyen una unidad homogénea.