Al cierre de este documento, ETA continuaba con su macabra estrategia de muerte y dolor.
(Ver o de ETA)
Pero si trágica está siendo esta nueva ofensiva terrorista, igualmente cruel es la denominada "violencia callejera" llevada a cabo por el entorno de ETA contra las fuerzas políticas y los ciudadanos que no se pliegan a sus estrategias. Durante 1999 se produjeron en el País Vasco 388 actos de violencia: quema de sedes de partidos, concentraciones ante domicilios de concejales, cartas bomba, ataques a edificios y bienes públicos, lanzamiento de material explosivo, agresiones físicas, quema de concesionarios de automóviles, quemas de autobuses, ataques a intereses bancarios...
Lejos de disminuir, durante el 2000 la violencia callejera en el País Vasco y Navarra se ha duplicado, siendo Vizcaya y Guipúzcoa las dos provincias donde más acciones de violencia callejera se producen.
¿Pero qué es ETA? ¿Porqué sigue asesinando y llevando el dolor a la sociedad española? Preguntas difíciles de contestar en una sociedad como la española en las que todas las opciones políticas pueden expresar sus opiniones libremente a través de las urnas.
ETA es un grupo terrorista que a lo largo de su historia ha dado sobradas muestras de comportamiento mafioso, aunque en foros internacionales es presentada por sus seguidores, agrupados en la coalición y EH (Euskal Herritarrok), como parte de un movimiento de liberación que utiliza argumentos políticos para justificar su subsistencia. Sin embargo, la realidad demuestra que esos argumentos son rotundamente falsos y no tienen cabida en una sociedad organizada democráticamente como la española, donde nadie tiene derecho a imponer sus criterios políticos minoritarios mediante la violencia, el crimen y la extorsión.
Ante esta situación, la democracia española sigue apostando por la Constitución y el Estatuto de Autonomía del País Vasco como marcos para buscar y construir entre todos nuestro futuro colectivo de paz y libertad.
España ve alterada ocasionalmente su convivencia por la actividad terrorista de unos pocos que agrupados bajo las siglas de ETA han empleado el asesinato como medio de chantaje a la sociedad española. ETA no hace caso del rechazo mayoritario de los ciudadanos. No respeta la esencia misma de la Democracia donde deben convivir todo tipo de ideologías sin que ninguna se imponga por la violencia sino por el respaldo de los votos en las urnas.
ETA nació con un objetivo para el País Vasco: conseguir su independencia. Pero las siglas de ETA (Euskadi ta Askatasuna) no surgen hasta 1959, fecha de su fundación. Pronto, en sus escritos empezó a aparecer la expresión "lucha armada" para conseguir su meta. El primer crimen de ETA se produce el 7 de junio de 1968 al asesinar al guardia civil de tráfico José Pardines.
Con la llegada de la democracia, el Gobierno salido de las urnas dio un paso muy importante en el proceso de concordia y convivencia de todos los españoles, aprobando el 15 de octubre de 1977 una amnistía general, de la que se beneficiaron los miembros de ETA. Poco después, el 6 de diciembre de 1978, los españoles aprobaban mediante referéndum la Constitución, que recoge en su artículo 15, la abolición de la pena de muerte.
Sin embargo, ETA no sólo no abandonó las armas, sino que intensificó su actividad criminal. Las fuerzas democráticas le han pedido constantemente que abandone la violencia y participe en el debate político. Peticiones que la banda criminal se ha negado siempre a aceptar.
Herri Batasuna es el único partido político que no ha firmado los denominados «Pactos por la Paz». Actúa como brazo político de la banda terrorista. Nunca ha condenado ningún atentado, ni siquiera le ha pedido jamás a ETA que abandone las armas. Tampoco ha condenado ninguno de los numerosos actos de violencia callejera y ataques contra personas y bienes que casi a diario se producen en el País Vasco. Utiliza, con frecuencia, las instituciones democráticas para hacer apología del terrorismo o para lanzar amenazas. Incluso dirigentes de HB han sido detenidos por formar parte de comandos terroristas.
Este apoyo a ETA sin paliativos llevó a los miembros de la dirección de HB hasta la cárcel. El 1 de diciembre de 1997, cada uno de los 23 miembros de la Mesa Nacional de HB eran condenados a 7 años de cárcel por el delito de colaboración con banda armada, concretado en la decisión de los acusados de "ceder a una organización terrorista los espacios electorales gratuitos que como formación política le correspondían", asumiendo sus postulados y prestando con ello "incondicional apoyo a ETA".
Según los fundamentos de la citada sentencia, "los acusados -como componentes de la Mesa Nacional de HB- cedieron a ETA mucho más que la voz y la palabra. Le cedieron, además, la imagen en un espacio electoral televisivo y gratuito para prestar incondicional apoyo a dicha organización criminal que se propone dominar por el terror a la sociedad para imponer sus criterios a través de la sinrazón de la violencia".
El máximo tribunal español concluía que "ETA ha convertido el asesinato selectivo, el atentado indiscriminado, el secuestro y la extorsión en instrumentos cotidianos de actuación para, bajo la amenaza del terror así creado, intentar imponer sus postulados ideológicos. De ahí que homologar así -subliminal aunque expresivamente- la presencia de las armas en el campo de la lucha política y la consagración televisiva de aquéllas como 'argumento de apoyo' a la denominada 'propuesta de paz' resulte delictivo".
Ese apoyo sin ningún tipo de matices ni límites a la violencia terrorista de ETA, ha hecho que HB haya perdido progresivamente gran parte de su apoyo electoral. Atentados como el realizado contra el hipermercado Hipercor, en Barcelona, el 19 de junio de 1987, en el que murieron 21 personas y otras 45 resultaron heridas, marcaron el punto de inflexión electoral de HB. La coalición abertzale ha visto como progresivamente sus han descendido de forma paulatina.
HB también acude a los foros internacionales donde consigue tener acceso para presentar a ETA como una organización separatista, a deslegitimar la democracia española y asegurar que el pueblo vasco está oprimido por el Estado español. La realidad, sin embargo, es muy diferente.
En las últimas elecciones autonómicas celebradas el 25 de octubre de 1998, y tras los últimos resultados electorales en los que HB había visto descender de forma progresiva su número de votos, optó por la decisión estratégica de presentarse a los comicios bajo las nuevas siglas de EH (Euskal Herritarrok).
Los distintos gobiernos democráticos de España han actuado contra el terrorismo aplicando sobre los miembros de ETA todo el peso de la Ley. Y las leyes españolas no contemplan el delito político. No hay una sola persona en prisión por este motivo.
Los más de 400 presos de ETA que en la actualidad ocupan las cárceles de España, han sido condenados o serán juzgados por Tribunales independientes del Poder Ejecutivo (Gobierno), mediante las pruebas que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han aportado a los jueces.
A lo largo de la historia de ETA, las Fuerzas de Seguridad han desarrollado una intensa actividad que se ha visto refrendada con la desarticulación de decenas de «comandos», la detención de miembros de la banda terrorista que han sido puestos a disposición de la Justicia y la incautación de abundante material destinado a cometer atentados.
La actividad de la banda terrorista ETA se inició con el asesinato del miembro de la Guardia Civil José Pardines Arcay (7-06-68). El 25 de junio de 1998, tras una intensa ofensiva terrorista, ETA cometía otro atentado, antes de declarar una tregua unilateral e indefinida, asesinando al concejal del PP en Rentería (Guipúzcoa).
Tras el periodo de tregua que se inició en septiembre de 1998 y que ETA rompió en diciembre de 1999, la banda terrorista reinició su campaña de atentados el 21 de enero de 2000 asesinando en Madrid al teniente coronel del Ejército , de 47 años, casado y con dos hijos, quien cayó muerto en las inmediaciones de su domicilio madrileño, al hacer explosión un coche bomba con unos 20 kilos de dinamita accionado a distancia.
Uno de los métodos más usados por la banda terrorista para presionar al Gobierno y para financiarse son los secuestros. A lo largo de toda su historia, ETA ha privado de libertad a 77 personas. Estos secuestros han sido resueltos, en algunos casos, tras el pago de los rescates o por la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que han liberado al secuestrado. En otros casos, ETA ha asesinado a sus víctimas.
El secuestro más largo en la historia de ETA ha sido el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, que fue privado de libertad durante 532 días y liberado por la Guardia Civil. El rostro de Ortega Lara, reflejo de una inaudita tortura, se clavó en el corazón de todos los españoles y recorrió el mundo. Su estado físico, llegó a perder veintitrés kilos, fue comparado con los campos de concentración nazis. Su liberación rearmó a la sociedad y le hizo confrontar sus valores con la degenerada barbarie de ETA.