Las palabras son mas traicioneras y poderosas da lo que pensamos. Evale hasta qu punto las caractersticas que Sartre atribuye a las palabras afectan negativa o positivamente a diferentes reas del conocimiento.
“Las palabras son mas traicioneras y poderosas da lo que pensamos”. Evalúe hasta qué punto las características que Sartre atribuye a las palabras afectan negativa o positivamente a diferentes áreas del conocimiento.
¿Quién no ha tenido problemas al haber dicho o escrito algo y fue llevado al extremo, causó algún daño moral o sentimental a alguna persona, a pesar que la intención era completamente distinta a la entendida? Pues a través del tiempo hemos aprendido mediante diversas experiencias que es mejor siempre pensar dos veces algo antes de decirlo, sobre todo si se es una persona que tenga una posición importante, goce de prestigio o sea líder de algún grupo de personas. Analizar sus posibles interpretaciones, malentendidos que podría generar y consecuencias que traería para las personas involucradas. Esto lo trataré de ejemplificar de la mejor manera en las diversas áreas de conocimiento que existen mediante el recuerdo de momentos históricos a nivel mundial y también algunos ejemplos de mi entorno y en base a mi experiencia como actor del conocimiento.
Como primera área de conocimiento trataré de medir el efecto y repercusión de las palabras en las Ciencias Naturales. Tomaré como ejemplo un acontecimiento sumamente importante en la historia de la humanidad, la creación de las bombas nucleares. Exactamente el 2 de agosto de 1939, Albert Einstein dirigió una carta al presidente de ese entonces de Estados Unidos, Roosevelt, en la cual le expresaba su temor a que Alemania logre la fabricación de una bomba extremadamente poderosa con el elemento Uranio y le pedía que Estados Unidos acelere las investigaciones sobre este tema en particular. A continuación citaré un extracto de la carta que me pareció el más resaltante. “… Acelerar el trabajo experimental, que en estos momentos se efectúa con los presupuestos limitados de los laboratorios de las universidades, con el suministro de fondos. Si esos fondos fueran necesarios con contactos con personas privadas que estuvieran dispuestas a hacer contribuciones para esta causa, y tal vez obteniendo cooperación de laboratorios industriales que tuvieran el equipo necesario.” Por consiguiente Albert Einstein no midió los efectos que causaría esta carta al presidente Roosevelt y las millones de muertes que desencadenaría este tipo de armas. Einstein sabía ya que ese tipo de armamento sería muy poderoso y su temor era que los países pertenecientes al Eje inventen estas armas y las usen. Sin embargo, los efectos que causaron sus palabras se salieron de control, pues las detonaciones posteriores de estos artefactos en Hiroshima y Nagasaki causaron la devastación por completo de estas ciudades y millones de muertes de civiles, en un momento de la guerra en la que la suerte japonesa estaba echada y creo yo no era necesario el empleo de esas armas. Es así que Einstein luego de estas detonaciones tuvo que pedir perdón mediante otra carta por haber sugerido a Estados Unidos la creación rápida de estas armas. Además que el colaboró también en este proceso.
