El tono del poema muestra a un poeta desgarrado por las desgracias que le toco vivir a lo largo de su vida, pero a su ves también fatalista ya que cree que después de la vida no hay nada y que Dios da odio y no felicidad. A lo largo del poema, Vallejo refleja los conceptos de Nietzsche y Kierkegaard que incluyen la idea de la muerte de Dios, la carencia de esperanza y de fe, y el eterno retorno.
En cuanto a la estructura externa, el poema esta conformado por 4 estrofas que concluyen con un verso libre que representa la estructura cíclica del poema. Estas estrofas se ven divididas en cuartetos cuyo esquema es irregular y rima consonante. La métrica es irregular y predominan los versos de arte mayor, los cuales son encabalgados. La poesía esta estructurada de una forma breve y consistente para que el destinatario realmente sienta que en la vida hay golpes fuertes. El poema no esta dividido a grandes rasgos, pero hay una leve diferencia entre las primeras 3 estrofas y la 4, ya que en entre la primera estrofa y la tercera el poeta hace una descripción del dolor, y en cambio en la cuarta estrofa Vallejo se detiene en el hombre y sus culpas.
El título del poema “Los heraldos negros”, está conformado por una metáfora de males, “heraldos”, y una imagen visual “negros” que está ligada a la muerte, lo cual indica que en conjunto significan “el peor mal: la muerte”
Con respecto a la estructura interna, el autor presenta el tema del poema, el dolor, en el primer verso de la primera estrofa a través de una metáfora con la palabra “golpes” con la que se refiere al dolor, “Hay golpes en la vida, tan fuertes…Yo no sé!”.
En el primer y segundo verso de la cuarta estrofa, Vallejo hace una comparación, “Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada” en donde agrega un plural inclusivo con la palabras “nos” para indicar que todos los hombres estamos atados a nuestras culpas buscando la salvación.
Volviendo a la primera estrofa, en el cuarto verso el autor agrega “Yo no sé!”, con lo cual nos indica que no sabe que hacer y que no encuentra salida del dolor.
A lo largo de la segunda y tercera estrofa, Vallejo utiliza 3 metáforas de dolor, “Zanjas oscuras” con la cual sugiere que cuando uno cae en una zanja no vuelve, “caídas hondas”, “golpes sangrientos” para connotar nuevamente la profundidad de su dolor y lo difícil que es escaparse del mismo.
En el primer verso de la tercera estrofa con el sustantivo Cristos, “Son las caídas hondas de los Cristos del alma”, Vallejo le quita valor a Cristo, con lo cual crea una metáfora de hombres. A su ves, indica la pérdida de esperanza ya que el autor piensa: “para que tener fe de esperanza si estas terminarán siendo traicionadas”. A continuación en el segundo verso de la misma, Vallejo presenta una antítesis con la palabra “destino” ya que el único que da un destino es Dios, y contradictoriamente el autor es nihilista. En el único destino en el que Vallejo cree es la muerte.
Cesar Vallejo hace una importante referencia histórica a los potros de bárbaros atilas en la segunda estrofa, “Serán talvez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte”. La leyenda cuenta que donde los potros de atilas pisaban, no crecía nunca más el pasto. El autor trasfiere esta leyenda al tema del poema, ya que cuando pasan los dolores por la vida, la destruyen e impiden que ésta vuelva a la normalidad. También personifica la muerte escribiéndola en mayúscula lo cual le da protagonismo y eleva su condición sobre la de los hombres.
En el tercer verso de la cuarta estrofa, “vuelve los ojos locos”, el escritor utiliza una metonimia connotando que los hombres están locos ya que la culpa del dolor los enloquece. A través de este recurso, Vallejo muestra el estado irracional al que llega el hombre. En esta estrofa Cesar Vallejo toma en cuenta una tendencia vanguardista incluyendo la interpretación de la mirada en el cuarto verso, “se empoza, como charco de culpa, en la mirada”. De esta forma nos indica que la mirada dice la verdad ya que es la voz del inconciente.
Al principio del poema, el autor incluye una comparación, “Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma…”. La utiliza para indicar que el dolor es una amarga concentración de restos que se guardan en el alma, la cual se termina encontrando poblada de dolor. Esta idea al comienzo del poema deja en claro el sentido pesimista del poeta.
En el último verso de la cuarta estrofa “como charco de culpa”, el autor connota que la culpa queda estancada, lo cual arrastra a la muerte. También Vallejo quiere significar a través de este verso que es demasiado vivir para que las culpas se estanquen lo cual nos lleva a la muerte.
Finalmente el último verso “Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!” connota la estructura cíclica del poema ya que el cierre del poema esta conformado por el primer verso lo cual indica que hemos escuchado del poeta la ausencia de respuesta.
El alma de los hombres es el espacio del poema, ya que Cesar Vallejo se refiere a este y a sus dolores inevitables numerosas veces. En los dos últimos versos de la primera estrofa “la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma” nos indica explícitamente el espacio del poema ya que el poema trata del sufrimiento y dolor, lo cual se encuentra en el alma.
El tiempo en el cual se focaliza el poema es en todo lo vivido por el hombre como indica la cuarta estrofa, “Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa en la mirada”.
En conclusión el poeta se presenta con su naturaleza defectiva y de esta forma se siente el hombre incompleto. A través del poema Vallejo busca respuestas ante: el dolor, en comunicarse con nosotros para explicarnos y compartir su dolor, lo cual lo hace a través de un carácter filosófico con los conceptos de Nietzsche y Kierkegaard. La poesía está armada a partir de puras sensaciones lo cual crea una concepción dolorista y agónica. Finalmente el poeta logra manifestar lo que siente a través de la introspección, pero por otra parte no logra encontrar respuestas al dolor.