En cuanto a la rima encontramos en el texto rima asonante y consonante. La rima asonante se encuentra, por ejemplo, en los versos 8, 18, 37 y 41 o con “a e” en los versos 30 y 35. En cuanto a la rima consonante tiene las siguientes terminaciones: “Sea” en los versos 2, 14 y 28, y “yo” en los versos 3, 15, 29 y 44.
En cuanto al primer tema, Guillén denuncia la discriminación de los blancos hacia los negros. Además el autor nos da un punto de vista muy claro, ya que nos dice que lo racial no diferencia al blanco y al negro, lo que los hace diferentes es la manera de pensar, “que bailan el mismo son, / cueripardos y almiprietos/ más de sangre que de sol” como se observa el los versos. 1-15.
El segundo tema, plasma la exaltación de Guillen a la cultura cubana, a través de la música, la comida, las creencias y la forma de ser del cubano. Recalca a la música como vinculo de unidad, porque tanto negros como blancos comparten una misma cultura de manera que se identifican con el mismo ritmo, del son cubano, “Esta la canción del Bongó/ convoca al negro y al blanco/ que bailan el mismo son/” (vs.1, 8, 9).
El primer recurso que Guillén utiliza son los epítetos. En primer lugar, para simular el sonido que produce el bongó, instrumento característico de la música africana: “Pero mi repique bronco/ pero mi profunda voz/”. También lo utiliza cuando resalta la división racial y cultural entre la raza blanca y negra, que dieron origen al pueblo mulato. “En esta tierra mulata/” (v. 16)
Ademas, Guillen utiliza referencias vinculadas con la religión para describir como los habitantes de su país comparten las mismas creencias indistintamente de que sean negros y blancos, menciona a Changó (vs. 19) y a Santa Bárbara (v. 18). En la segunda estrofa, Changó es el dios del rayo con el que los esclavos negros disimulaban sus ceremonias paganas. Lo adoraban bajo la advocación de Santa Bárbara (v. 18), que es la patrona de los artilleros.
Finalmente, usa la repetición de la conjunción “ya” como advirtiendo que ésta situación de discriminación puede cambiar: “ya me pedirás perdón, / ya comerás de mi ajiaco, / ya me darás la razón, /… / ya vendrás de abajo arriba, /” (vs. 36 – 43).
En conclusión, Nicolás Guillén en su poema “La Canción del Bongo” al mismo tiempo que critica la discriminación que sufre la raza negra por parte de la blanca, exalta la cultura cubana y llama a su pueblo a la igualdad racial, en una Cuba “unida por una misma identidad cultural”.