A medida que las campañas aumentaban en duración se hacía evidente que la situación de una ciudadanía militarizada permanentemente no era sostenible. Esto supuso muchos problemas económicos hasta finales del siglo V a.C. y principios del siglo IV a.C., cuando Roma empezó a tener tamaño suficiente para que los soldados sólo fuesen una proporción pequeña de la población. En esta época el Estado ya compensaba a aquellos que sufrieran un perjuicio económico por tener que abandonar su trabajo.
La lealtad del ejército se reforzaba por el juramento de fidelidad y obediencia a los superiores y de no desertar de la batalla. Las faltas de disciplina se castigaban de acuerdo con su gravedad: suspensión del sueldo, azotes o llegaban hasta matarles. El castigo para unidades completas consistía en diezmarlas, es decir, matar a uno de cada diez.
Durante el transcurso de la era republicana se reclutaba un máximo de tres o cuatro legiones. Sin embargo continuaron teniendo, una existencia efímera. Únicamente se hicieron permanentes las legiones I a IV. Éstas, mandadas por un cónsul, eran los ejércitos consulares.
Adiestramiento:
En primer lugar, debían prestar Juramento en el cual prometían ser fieles al Emperador, obedecer a sus superiores y no abandonar nunca la línea de batalla.
En segundo lugar, comenzaban con el adiestramiento físico en el cual hacían carreras de obstáculos y marchas de 28 kilómetros tres veces al mes. Todos estos ejercicios se realizaban cargando con el peso de una armadura de 30 kilogramos.
Más tarde, recibían la instrucción militar en la que aprendían movimientos reales que luego usarían en la batalla. Estos ejercicios se realizaban con gran perfección para luego repetirlos con exactitud en el campo de batalla.
Por último, practicaban el manejo de armas en el que lograban una gran destreza.
Procedencia del soldado romano.
El principal requisito para ser soldado era ser ciudadano romano. Las zonas de reclutamiento dependían del tiempo que llevaba cada provincia bajo la soberanía de Roma; las que formaron parte de Roma desde el comienzo, no aportaban prácticamente soldados. Aunque en la mayoría de los casos, no hacía falta reclutar a nadie, pues, el número de voluntarios era suficiente.
Las regiones menos civilizadas proporcionaban al principio auxiliares que luego podían ascender de grado. Para ser soldado no importaba la religión practicada o el color de la piel, ya que, todos combatían con las mismas armas.
La edad de entrada al ejército era normalmente de entre 18 y 22 años. Los soldados recibían una paga con la que financiaban su comida, ropa y armas.
La adopción de parte del armamento griego.
Los romanos copiaron de los Griegos casi todo lo que sabían sobre armamento; no conocían ni la pólvora ni los explosivos, e impulsaban sus maquinarias con muelles de cuerda muy tensados. Las principales armas usadas por los romanos son:
- Armadura corporal: Existían tres tipos; de malla, de escamas y de placas.
- Escudo: Estaba hecho con tiras de madera encoladas y recubiertas de cuero o fieltro. Medía cerca de 1 metro de longitud y era curvo. Su peso rondaba los 6 kilogramos.
- La daga: Era una arma corta, con hoja puntiaguda de unos 25 cm. de longitud. Se llevaba en una vaina de madera con incrustaciones en bronce.
- La espada: Era corta, de borde recto y con unos 45 centímetros de longitud de hoja
Mandos
Cada legión estaba al mando de un cónsul elegido por el pueblo cada año. Esto suponía que muchas veces estos dirigentes adolecían de dotes militares, y era habitual que los cónsules a su vez nombrasen un legado, con más profesionalidad y con capacidad de mando al que situaban al frente de la legión.
A partir de 331 a.C. la legión se reorganizó en seis cuerpos, dirigidos por los tribunos militares electos. Estos cuerpos se dividían a su vez en otros diez, las llamadas centurias, bajo el mando de centuriones. Nominalmente cada centuria constaba de cien hombres, pero en realidad su número podía ser de hasta sesenta; la cifra más habitual estaba en torno a ochenta. Así se creó una jerarquía formada en primer lugar por el cónsul electo, sus legados, los tribunos militares y los centuriones.
Otro cambio obligado por la mayor duración de las escaramuzas fue la necesidad de prorrogar el mandato del cónsul en campaña. Así surgió la figura del Procónsul. La lealtad de los soldados, que se iba desplazando desde el Estado hacia sus jefes directos, hizo que los cónsules y procónsules empezaran a obtener un gran poder militar y político.
Unidades
La infantería pesada era la principal unidad de la legión. Estaba formada por soldados capaces de costearse el equipamiento. Según la experiencia se distribuían en hastati o Hastarios (hastatus era el soldado más joven), príncipes (princeps era el soldado en torno a treinta años) y triarii o Triarios (triarius era el veterano).
La infantería ligera o velites no tenía una organización ni función precisas. Su actuación se ajustaba a las necesidades de la batalla. Eran un cuerpo de gran ligereza y movilidad que hacía que en muchas ocasiones fuesen los que más bajas infligían al enemigo. Por lo general no eran ciudadanos romanos, sino aliados.
La caballería ligera o equites estaba formada por jinetes expertos que, al mando de sus oficiales, solían atacar por los flancos. Al cargar por los flancos y por la retaguardia, sorprendían al enemigo y presionaban hasta acorralarle.
ArmamentoLos legionarios debían costearse todo el equipo militar con la paga que recibían, ésta se componía de los siguientes elementos:
- El casco: De origen galo, diseñado para proteger la cabeza, la cara y el cuello sin estorbar la visión ni el oído. Estaba adornado con tachones esmaltados y encima del mismo, se encontraba el penacho.
- La coraza: Esta construida con tiras laminadas de metal sujetas por dentro con correas de cuero. Era muy flexible y pesada. Debajo de la coraza, llevaban una túnica que llegaba hasta medio muslo.
- El cinturón: Era la enseña del oficio de soldado. Estaba formado por tiras de cuero adornado y brindaba cierta protección en el vientre durante la batalla.
- Las sandalias militares: Este calzado era fuerte y estaba bien ventilado, con filas de tachuelas en la suela, sabiamente dispuestas para soportar peso y resistir muchos kilómetros
- La lanza: Tenía una punta estrecha para atravesar tanto al escudo como a la coraza.
- El puñal: Tenía hoja de doble filo.
- La espada corta: Producía terribles heridas y era más bien corta, para manejarla con soltura.
- La mochila: Guardaban objetos personales y raciones para un mínimo tres días.
- Bota de cuero: Para depositar el agua o el vino.
El combate
El esquema romano clásico de combate constaba de una vanguardia de velites. A continuación venía la infantería pesada dispuesta en tres líneas:
-
hastati
-
principes
-
triarii, que sólo entraban en combate en situaciones extremas.
A la derecha de la infantería se disponía la caballería romana, y a la izquierda la caballería de los aliados.
En vista de sus defectos la formación en falange fue sustituida por el manípulo, consistente en dos centurias bajo el mando del mayor de ambos centuriones. Cada una de estas tres líneas de infantería ya no era contínua, sino que se separaba en manípulos, con un pequeño cambio de orden:
- hastati, diez manípulos de ciento veinte soldados
- príncipes, diez manípulos de ciento veinte soldados
- triarii, cuyo manípulo constaba de sesenta hombres
- velites, o infantería ligera, que se disponían delante de las líneas de infantería pesada para explorar y hostigar al enemigo sin trabar contacto directo
El hueco que quedaba entre dos manípulos de la primera línea se encontraba cerrado por un manípulo en la segunda línea, y a su vez la tercera línea cerraba los huecos de la segunda. El resultado era una disposición en forma de tablero de ajedrez -accies- que dotaba de gran flexibilidad a los movimientos de la infantería.
El triunfo
Si en una batalla caían al menos cinco mil enemigos y se obtenía una victoria abrumadora el senado decretaba el Gran Triunfo. Éste se celebraba con un desfile multitudinario por las calles de Roma liderado por magistrados y senadores. A continuación iban los cornetas, el botín, los prisioneros, el general triunfador, con una corona de laurel, y sus tropas cerrando el desfile.
Botín de guerra
Las propiedades del enemigo, tanto riquezas como tierras, pasaban a ser propiedad del Estado. Muchas de estas tierras se les entregaban a patricios y generales victoriosos, o bien se les arrendaban a precios muy reducidos. Los habitantes de la tierra pasaban a ser esclavos del propietario o arrendatario.
Con el paso del tiempo cada vez era más habitual que fuese el propio jefe del ejército el que se alzase con la propiedad del botín y la repartiese a su criterio entre sus ayudantes y la tropa, con lo que se ganaba su fidelidad personal. Esto acabó siendo de gran importancia política desde los últimos años de la república.
El iniciador de esta medida fue Escipión.
Honor y títulos
Los soldados reclutados entre la clase aristocrática tenían escaso espíritu combativo. Para elevarlo fue preciso dictar una ley que obligaba, para aspirar a una magistratura, a haber servido diez años en el ejército, con lo que se impidió que la aristocracia desertara de sus obligaciones militares.
Los títulos y honores son ambicionados. Antes los honores del triunfo se concedían solamente al cónsul que regresaba victorioso y aumentaba el territorio de la República. Ahora cualquier escaramuza da lugar a la celebración de un triunfo, dentro o fuera de Roma. Para poner coto a ello se decidió en el año 181 a.C. que para celebrar un triunfo, la batalla debía haber originado al menos cinco mil muertos, pero a menudo se aumentaron las cifras en los informes para saltarse la norma. Los títulos de victorias, reales o ficticias, aumentaban.
Marcha
Al frente de la legión marchaban los velites explorando el terreno y posibles trampas. Luego venían la infantería, la caballería, los encargados de levantar el campamento, el general, su guardia, tropas, las máquinas de asedio desmontadas, los oficiales superiores y más tropa cerrando la marcha.
El campamento:
Su sistema de defensas estaba compuesto por el foso y el terraplén, y asimismo se ponían centinelas tanto en el interior como en el exterior del campamento.
Era como un pueblo en miniatura y las zonas principales estaban indicadas con banderas.
En el punto más visible, se situaba la tienda del general y el resto de las edificaciones se situaban en torno a esta tienda. Se trazaban dos calles principales, la vía praetoria y la vía principalis: la vía praetoria atravesaba el campamento de delante a atrás pasando por la tienda del general; y la vía principalis lo atravesaba de un lado a otro cruzándose con la praetoria delante de la tienda del general.
De este modo, el campamento quedaba dividido en 4 partes. Cada legión instalaba siempre sus tiendas en la misma zona sin importar donde estuviera situada el campamento. En cada tienda podían convivir ocho legionarios.
La armada romana
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Classis Misenensis. Creada en el 27 a.C., su base estaba situada en Miseno. La Classis Misenensis, posteriormente llamada Classis Praetoria Misenensis, fue instaurada para controlar la parte oriental del Mar Mediterráneo. A los componentes de esta flota, Nerón les denominó la Legio I Classis. En el año 330 las naves se desplazaron a Constantinopla, a donde el emperador Constantino había trasladado la capital del Imperio Romano. Según una inscripción hallada en Miseno, al comienzo de la era cristiana, sus principales buques de guerra eran los siguientes:
- 1 esarreme.
- 1 quinquerreme.
- 9 quadrirremes.
- 50 trirremes.
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11 liburnias.
Modelo de birreme romano.