La energía que España ha empezado a utilizar es la energía nuclear que es muy eficiente. En el año 2001, la central nuclear de Vandellós ha incrementado su potencia nominal 5,4MW y la unidad 2 de Ascó lo ha hecho en 12,4 MW. Con ello, los programas de ampliación de potencia iniciados hace algunos años por las centrales nucleares españoles han permitido que, desde 1990, se haya incrementado la potencia eléctrica del parque nuclear en 494 MW. Pero, esta energía es muy polémica porque hay muchos impactos medioambientales como accidentales nucleares, generación de residuos radioactivos, emisión rutinaria al medio ambiente de efluentes radioactivos líquidos y gaseosos. Pero existen soluciones para abandonar el uso de los combustibles fósiles sin la energía nuclear.
Para ello es necesario acabar con el actual despilfarro de energía y usarla con más racionalidad y eficiencia, y sustituir las fuentes de energías sucias por otras limpias y renovables. Estas energías han alcanzado una gran madurez tecnológica, pero se enfrentan a barreras económicas y políticas. Greenpeace y el ICONA (Instituto para la conservación de la naturaleza) trabajan para eliminar esas barreras, y apoyan y promueven iniciativas a favor de la eficiencia energética y para conseguir un uso masivo de las energías limpias.
Ejemplos son el viento y el aire porque no conocen fronteras y son mejores para el medio ambiente. Los molinos pueden producir la electricidad y España ya tiene el mayor parque eólico de Europa situado en Tarifa. También España es a la cabeza de la Unión Europa en la utilización de la energía hidráulica pero la energía vegetal es la energía más utilizada. Otra energía es la energía solar y, aunque España no utiliza esta energía, tiene grades expectativas de futuro y unas de las principales plantes solares experimentales. Estos pasos significan que España está tomando en serio el problema del medio ambiente y espera que vaya a reducir los daños causados por la combustión de los combustibles fósiles.
Desgradaciamente la gente no se da cuenta la importancia de las energías renovables como el aire y el viento pero la verdad lisa y llana es que en el futuro los combustibles van a acabar y necesitamos otras alternativas y les necesitamos ahora, si no, nuestros niños vivirán en un mundo contaminado por nosotros.