imponer la Inquisición española en ellos. Aún en España él mismo, era el fé suntuosa de da de autos, el sentencings y las ejecuciones ceremoniales de heréticos, antes que la institución y sus miembros que parecen haber sido populares. Pero la mayoría de LOS españoles nunca parecen haber entendido el horror y la repulsión que esta institución despertó en el resto de Europa.
El primer general del inquisidor, Tomás de Torquemada, él mismo de una familia de converso, empezó inmediatamente una campaña de la propaganda contra los judíos. En 1492 él persuadió los Monarcas Católicos a expulsar a todos judíos que se negaron a ser bautizados. Isabella y la mayor parte de sus contemporáneos miraron sobre esta expulsión de acerca de 170.000 de ella sujeta como un deber piadoso. Actualmente cuando España necesitó todos sus recursos económicos sostener su posición europea nueva y su imperio extranjero (ve abajo), se fue privado de su económicamente la mayoría de los ciudadanos activos y colocado abierto a la explotación por alemán y financieros italianos.
La expulsión de los judíos en 1492 no significó el fin de la influencia judía en la historia española, como se pensó hasta que recientemente. No es, sin embargo, fácil de establecer una dirección ni la pauta bien definidas de esta influencia. A fines del siglo XV puede haber habido hasta 300.000 conversos en España, y en la mayoría de estos quedado. Ellos habían constituido la burguesía urbana educada de España, y de las familias más ricas se habían casado entre parientes con frecuencia con la aristocracia española e incluso transmitido su sangre a la familia real él mismo. Después de 1492 su posición se quedó precario. Algún reaccionado enfatizando su ortodoxia y denunciar cristianos otro conversos a la Inquisición para judaizar las prácticas. Los otros abrazaron alguna forma de la Cristiandad menos convencional y más espiritualizaron. Así los seguidores de Hermana Isabel de la Cruz, un Franciscano, organizó los centros del Illuminists (Alumbrados), místicos que creyeron que por la purificación interior que sus almas deben someterse a Dios hace y así entra en la comunicación directa con él. Mientras ellos contaron parte de la aristocracia alta entre su número, la mayor parte del Illuminists parece haber sido conversos. Otra vez, estaba entre el conversos que Erasmianism (después que el famoso Erasmo humanista), una forma más intelectual de la Cristiandad espiritualizada, tuvo sus éxitos más grandes en España. El Erasmians tuvo a partidarios poderosos en el tribunal en los años tempranos de Charles yo, cuando, como emperador, su política fue dirigida hacia la curación del cisma religioso por una reforma general de la iglesia. Pero en los 1530 y '40s, los enemigos del Erasmians, especialmente la orden dominicana, lanzó una campaña sistemática contra ellos. La Inquisición los aniquiló o los forzó a huir el país, así como había hecho en el caso del Illuminists tan temprano como los 1520. No obstante, la influencia de Erasmo no desapareció completamente de la vida intelectual española, y se ha trazado en la última parte del siglo XVI. Pero la mayoría del conversos y sus descendientes llegó a ser probablemente y los Católicos romanos, ortodoxos y quedó, jugando una parte prominente en cada aspecto de la vida española, religiosa e intelectual. Ellos recorrieron de tales santos como Teresa de Avila y S. John de Dios, uno un escritor y fundador místicos de conventos, el otro un organizador del cuidado para el enfermo, a Diego Laínez, un amigo de S. Ignatius de Loyola y segundo general de la orden jesuita. Ellos incluyeron Fernando de Rojas, el autor de La Celestina, la gran primera obra literaria del Renacimiento español, y, dos generaciones más tarde, Mateo Alemán, que escribió una novela de la picaresca, Guzmán de Alfarache; y ellos podrían jactarse Luis de León, un humanista y el poeta; un dominicano, Francisco de Vitoria, quizás el jurista más grande de cualquier país en el siglo XVI; y otro famoso dominicano, el defensor de los indios y el historiador AmericanosDe las Indias, Bartolomé de Las Casas.
Estos, con Luis Vives, mencionado más temprano, son sólo el muy famoso entre el muchos conversos distintivo que jugó tal, el papel central y variado a crear los esplendores culturales de España "el Siglo Dorado." Es un fenómeno extraordinario que no tuvo paralela dondequiera más en Europa antes del 19 ni aún siglo XX. Cualquier tentativa en una explicación tiene que ser especulativo, pero el siguiente se puede sugerir. Los judíos y conversos españoles formaron una sección relativamente grande del élite educado relativamente pequeño de España que eran principalmente responsables de los logros culturales del período. El conversos, además, roto deliberadamente con la tradición judía de beca talmúdica (del Talmud, el cuerpo de la ley judía, civil y canónica), encontró el mundo del Renacimiento que brilla de España cristiana ambivalentemente atractivo y repelente pero siempre estimula. Su respuesta a este estímulo se afiló probablemente, su necesidad de sobresalir dada una urgencia doble, por la hostilidad que ellos continuaron encontrar de los cristianos "viejos". Para estos último estaban tanto enterado de la ubicuidad del conversos, por mucho que éstos se asimilaran, y muchos lo se resintieron amargamente. Religioso, racial, e incluso la clase anti-aristocrático predispone combinó para crear la obsesión con "la pureza de sangre" (limpieza de sangre), que llegó a ser característica de los españoles en el 16 y siglo XVII.
Cristalizó primero con un estatuto de limpieza, impuesto en 1547 en el capítulo catedral de Toledo, por cuál la pureza de la ascendencia del "mancha" de sangre de converso y de cualquier acusación de la herejía por la Inquisición fue hecho una condición de todas citas eclesiásticas futuras. El autor de este estatuto era Juan Martínez Siliceo, el arzobisbo de Toledo, un hombre de humilde y de ahí, por la definición, los orígenes impolutos, que se había encontrado despreciado por los canones aristocráticos, muchos de quien, sin embargo, sangre tenida de converso en venas. En 1556 Philip II dio su aprobación real al estatuto porque "todas las herejías en Alemania, Francia y España han sido sembradas por descendientes de judíos." Por lo que Alemania y Francia se concernieran, esta observación era la fantasía completa, y es especialmente irónico eso, apenas en este momento, Papa Paul IV, en la guerra con España, Philip descrito II él mismo bastante correctamente como un Marrano, o el descendiente de judíos. Pero los estatutos de limpieza ahora extensión rápidamente sobre España. Ellos ayudaron a perpetuar un conjunto de valores así que la ecuación de pura ascendencia, de la ortodoxia, y del honor personal, que ciertamente ayudara a prevenir la extensión de herejías en España pero en que tuvo a largo plazo un efecto que arruina en la sociedad española así que el más tan como ellos sean ligados tan de cerca con el corrompe básicamente la institución de la Inquisición y el ánimo del corrompiendo inevitablemente y la práctica divisiva de espiar enY denunciando uno colinda.
Por el centro del siglo XVI la Inquisición tenida se acaba en gran parte de heréticos sospechados y Judaizers. Aparte de su continuado concierne con el Moriscos (ve abajo), ahora concentró en la censura de libros y a imponer las creencias y la moraleja religiosas correctas (es decir, principalmente sexual) el comportamiento entre los cristianos "viejos". Cuando los conflictos religiosos en Europa llegaron a ser más agudos en el segundo tiempo del siglo XVI, tal supervisión vino a ser practicado en el protestante así como en países Católicos. Estaba aquí que la Inquisición española, esparciendo su red de tribunales y familiar de los pueblos al campo, podría superar aún las comunidades calvinista-Puritanos más estrictas, aunque el uso del tormento eran no más largo creído necesario y las penas de muerte habían llegado a ser raro. Pero, tomado junto con una prohibición real contra estudiantes que estudian en universidades extranjeras, aún Católicos, la Inquisición tendió a aislar la vida intelectual española de que del resto de Europa. En el lado positivo había la desgana general de Inquisición de unir en la manía europea esparcida de bruja que caza. La mayoría de los teólogos españoles no creyeron en la existencia de la brujería y tuvieron que deletrean y las brujerías eran vapourings sólo femenino que se podrían ignorar seguramente o podrían ser tratadas con cerrando a las bruja-mujeres arriba en conventos.