Miguel de Unamuno: Los personajes de San Manuel Bueno, Mártir.

A través del cuento, Ángela va a Don Manuel para confesar sus pecados. Es durante estas confesiones que ella empieza a ver la vulnerabilidad de la cura. Su mira profunda a Don Manuel viene especialmente cuando mira en sus ojos y ella escribe en su diario, '"'Leí no sé que honda tristeza en sus ojos, azules como las aguas del lago.'"' En una de sus confesiones, ella le pide, '"'¿Es que hay Infierno, Don Manuel?'"' y él responde, '"'¿Para ti, hija? No.'"' Su responsa indica el miedo que tiene porque él sabe que si hay un Infierno, va a quedar allá por la vida eterna de su alma. Él quiere que ella '"'cree en el cielo'"' y '"'mostraba sobra la montana y abajo, reflejado en el lago'"' (92). Su esperanza que él y ella creen en el cielo representa su deseo para la aparición del pensamiento nuevo porque si cree en el cielo, y por lo tanto el mundo, luego él no va a quedar en Infierno, pero en otro mundo y tiempo con la posibilidad de la alegría en vez de sufrimiento. También, si él puede justificar el pensamiento nuevo, sus dudas en la fe católica son obsoletas y va a ser libre en la experiencia humana, o la fe en los pensamientos del mundo en las ciencias, la literatura y el arte.

Las conversaciones entre Ángela y Don Manuel ilustran la buscada por la fe, la lucha contra la duda y el deseo para la experiencia humana, pero también las conversaciones entre Ángela y Lázaro ilustran estés conceptos. Cuando regresa Lázaro a Valverde de Lucerna, él da el propósito de mudarse del campo a la cuidad (92). Su propósito significa la necesidad para la aparición del pensamiento nuevo con el pensamiento viejo en España y su deseo de tener la experiencia humana llena. Usualmente, es en los lugares urbanos en que el cambio existe con más frecuencia. La sorpresa que tiene Ángela representa la resistencia que tiene la iglesia para cambiar. Él tienen muchas razones a querer este cambio porque las avances de la cuidad, como la disponibilidad de la asistencia medica y otros medios modernos, pueden mejorar la calidad de la vida, especialmente para el viejo, como su madre. La vacilación de Ángela viene de sus idea viejas, como la creencia que las ciencias y la filosofía son del Demonio. Para luchar la duda y proteger la fe, ella quiere negar el movimiento y pensamiento nuevo.

Lázaro no quiere negar el pensamiento viejo, pero lo incluye en el pensamiento nuevo. Este está ilustrado por el bautismo de Lázaro. Él toma '"'la sagrada forma'"' para ayudar el pueblo con la fe. Cuando Ángela dice, '"'Ay Lázaro...que alegría no has dado a todos...a todo el pueblo...a los vivos y a los muertos, y sobre todo a mama, a nuestra madre. ¿Viste? El pobre Don Manuel lloraba de alegría. ¡Que alegría nos has dado a todos!, Lázaro responda, '"'Por eso lo he hecho'"' (95). Él solamente ha tenido el bautismo para examinar la fe cristiana contra la fe mundial. Lázaro sabe que la fe es necesaria para la supervivencia de la gente y no quiere destruir la fe con el traer de sus ideas nuevas. También, él sabe para hacer aceptado el movimiento moderno que tiene saber ambos mundos y combinar los dos en una manera apacible, sin la vista de la iglesia rígida.

Las conversaciones entre Ángela y Don Manuel y Ángela y Lázaro tiene el papel de identificar la lucha entre Vieja España y Nueva España, pero las conversaciones entre Lázaro y Don Manuel tiene el papel de identificar la unión entre las personas que aceptan ambos mundos. A través del cuento, la relación entre Don Manuel y Lázaro crece mucho. Ellos hacen todo junto para ayudar el campo con la fe cristiana y olvidar sus dudas. En esta manera, ellos pueden cumplir su propia fe en el mundo y la fe de la gente en la iglesia, y al mismo tiempo negar sus propias dudas y las dudas de la gente. Es la verdad, también, que aunque ellos no creen en la fe católica, que quieren creer. Cuando Lázaro y Don Manuel están hablando en secreto, Don Manuel dice,

'"'Yo estoy para hacer vivir a las almas de mis feligreses, para hacerles felices, para hacerles que se suenen inmortales y no para matarles. Lo que aquí hace falta es que vivan sanamente, que vivan en unanimidad de sentido, y con la verdad, con mi verdad, no vivirían. Que vivan. Y esto hace la Iglesia, hacerles vivir. ¿Religión verdadera? Todas religiones son verdaderas, en cuanto hacen vivir espiritualmente a los pueblos que las profesan, en cuanto les consuelan de haber tenido que nacer para morir, y para cada pueblo la religión es mas verdadera es la suya, la que le ha hecho. ¿Y la mía? La mía es consolarme en consolar a los demás, aunque el consuelo que les doy no sea el mío'"' (96).

Su declaración es muy importante en identificar la necesidad de la fe, quizás es en la iglesia o otra '"'religión.'"' En la buscada de la fe y la negada de la duda, Lázaro y Don Manuel va a encontrar su propia religión, y es que ellos tienen que '"'consolar a los demás'"' con la religión de la pueblo. Por eso, los pensamientos nuevos y viejos vienen juntos para ayudar con la experiencia humana.

Miguel de Unamuno '"'escribió sus ensayos y las novelas para ayuda en el hacer de España un país en donde el individuo podría desarrollarse a sus capacidades más máximas'"' (Garret, 191). Se puede ver esta tema claramente entre su obra San Manuel Bueno, Mártir por las discusiones que tienen los personajes de Ángela, San Manuel y Lázaro. La lucha entre la fe y la duda mundial y cristiana a través de la narrativa identifica el problema de integrar el Nuevo Mundo y el Nuevo Viejo. La integración de estos mundos y sus movimientos y pensamientos es muy necesaria para proporcionar al individuo con la libertad en sus ideas, pero es muy difícil a es difícil sustituir una forma de la vida por otra sin crear problemas dentro de la sociedad, de políticas, de la economía, y de la cultura. La interacción entre los personajes y el pueblo ilustran esta dificultad y proponer una solución que va a traer el cambio y la compresión entre la buscada de la fe, de cualquiera tipo, y la lucha contra la duda y el deseo para la experiencia humana.