Los municipios forman pequeños estados autonomos, con amplias atribuciones feudales, semejantes a las de los señoríos feudales, por lo que representaban una de las principales limitaciones al feudalismo. Debido a la prosperidad económica que alcanzaron los municipios en este régimen de libertad, fue posible convertirse en uno de los pilares de la monarquía.
Las Cortes
La Reconquista creía también la necesidad de convocar a los procuradores o representantes municipales para participar en los concilios de la nobleza z el clero. En 1188, el antiguo concilio visigodo queda trasformado en verdadera asamblea nacional, con el nombre de Cortes, empleado en León. Es el primer parlamento con representación popular que aparece en Estopas, más de un siglo antes que en Inglaterra. Pero las Cortes eran débiles, y no podían imponer su derecho a legislar a cambio del pago de subsidios, exigiendo que sus peticiones fuesen de hecho cumplidas. Las Cortes de Cortes de Aragón y Cataluña alcanzaron más pode frente al rey que en Castilla, reflejo del mayor desarrollo feudal en aquella región. El elemento dominante en Aragón estaba formado de la aristocracia, y a pesar de estar dividida en dos clases, la nobleza alta y baja, con representación en las Cortes, saben unirse para proteger sus “libertades” feudales ante la corona. En Cataluña, en cambio, el papel dominante lo tiene la burguesía, que por su prosperidad económica se iguala en derechos a la nobleza.
La Iglesia
Por consecuencia del aspecto religioso de la Reconquista contra los infieles, del poder de la Iglesia crecía significo, y eso también tendrá importancia decisiva en toda la historia española. Se mantiene la mutua ayuda del Estado y la Iglesia, como en la época visigoda, pues los reyes necesitan el estímulo moral de la religión para su reconquista de España y el clero necesita de los reyes para recuperar sus posesiones y su influencia en la zona invadida.
La reforma cluniacense en el siglo XI marca un momento decisivo en la historia de la Iglesia y de la cultura española. (…)
La Cultura en la Alta Edad Media
La escuela de traductores de Toledo
La España cristiana dedica la mayor parte de sus energías a la tarea de sobrevivir frente al poderío musulmán en los tres primeros siglos de la Reconquista, con escasa actividad cultural casi enteramente de carácter religioso y basada en la tradición visigoda. Con el avance de la Reconquista hasta Toledo, importante capital musulmana que ahora se convierte en el principal centro de intercambio cultural entre Oriente y Occidente, esta situación cambia. El árabe era la lengua científica de entonces, y bajo el estímulo de reyes y prelados surgen equipos de traductores en que colaboran musulmanes, judíos y cristianos para verter al latín los textos árabes.
El Camino de Santiago y la influencia francesa
Bajo la iniciativa de la orden de Cluny, las ideas, el arte y la literatura del norte europeo, especialmente franceses, sirviéndoles de vehículo las peregrinaciones internacionales a Santiago. Un sentimiento de rivalidad con los árabes se manifiesta principalmente en la formación de una literatura propia, comenzando a usarse el dialecto romance en vez del latín.
La influencia provenzal fue mas profunda en Cataluña, por su íntima relación histórica con el Mediodía francés.
La épica castellana
Castilla produjo la única épica de la Península, basada en las hazañas de los héroes de la independencia castellana y de la Reconquista. La primera epopeya conservada en romance castellano es el “Poema del Cid” que también refleja la influencia de la “chansons de geste” francesas llegadas a España por el camino de Santiago. En un estilo sobrio y algo seco, con versos irregulares que atienden al ritmo más que la rima, al contenido más que a la forma, el autor nos presenta un cuadro de la Reconquista como era en realidad: una expedición armada de hombres ordinarios pero valientes, que dejan su patria pobre para ganar riquezas y honores en la guerra contra el moro.
El arte románica