Son situaciones que deben darse en el ambiente del sujeto económico. Es preciso que se den las condiciones para que el empresario capitalista pueda contratar a terceros en forma adecuada a sus necesidades. Estas condiciones pueden ser de carácter formal o material:
Condiciones formales: contratación de tal modo que admita las situaciones jurídicas (propiedad privada, incluso sobre los medios de producción) y las modalidades contractuales (compra, arrendamiento, préstamo, arrendamiento de servicios), requeridos por la esencia de la empresa capitalista.
Condiciones materiales: que las condiciones formales se desarrollen a favor del empresario (que se llegue a la reintegración del capital y a producir el beneficio). Para que se den estas condiciones es necesario que: exista un gran numero de compradores (mercado), que el empresario pueda vender con provecho y en suficiente cantidad el producto y que posea recursos humanos para la producción en adecuada cantidad (personas que se contratan voluntariamente a un empresario capitalista para efectuar un trabajo asalariado). Estos recursos humanos surgían del “Proletariado”. El proletariado estaba formado por el exceso de población (productores independientes que no pueden mantenerse en este estado) y por la población sobrante (personas que no pueden ser productores independientes).
En la segunda mitad del siglo XVIII, ocurrió en Inglaterra un acontecimiento que cambiaría la vida del hombre para siempre, conocido como “Revolución Industrial”. La misma consistió en un proceso de transformaciones tecnológicas aplicadas al proceso productivo, que posibilitó el paso de una Economía Agraria Feudal a una Economía Industrial Capitalista. Cuyas principales consecuencias fueron las siguientes: cambios económicos, políticos, sociales y el nacimiento de una nueva cultura, un nuevo modo de vida y un nuevo sistema de valores.
Los factores desencadenantes de este proceso fueron:
Insuficiencia de los análisis monofactoriales, es decir, no existió un único factor desencadenante, sino varios, los cuales fueron: Progreso científico y técnico, crecimiento demográfico, capitalización creciente, ideales políticos y éticos, estos fueron causa y consecuencia de la industrialización.
En la transformación de los recursos naturales, la industria fue utilizando cada vez más tecnología (La primera generación estaba compuesta por máquinas a vapor, textiles, hierro y acero, ferrocarriles y barcos de vapor. La segunda generación, estaba compuesta por productos químicos, electricidad y el motor de combustión interna. Finalmente, después de la segunda Guerra Mundial, aparecieron los computadores, motores a reacción, energía atómica y electrónica)
Se produce un crecimiento acelerado de la población o bien la aparición de reservas de mano de obra asalariada, lo que permitió mantener un bajo nivel de salarios, e hizo posible una mayor acumulación de capital, destinado a la inversión, al incrementarse la plusvalía (según Marx, se entiende por Plusvalía, a un excedente que debe producir el trabajador , por encima de sus ingresos.)
La capitalización creciente, como consecuencia del auge de la actividad comercial, de las transformaciones de la agricultura y la disminución de los intereses.
Teniendo en cuenta los ideales políticos y éticos, podemos decir que había una conexión entre el capitalismo industrial y el declinar del proteccionismo mercantilista, sustituido por ideales de libre empresa y comercio.
Condiciones para que pudiera darse el despegue industrial:
Aumento en la tasa de inversión productiva del 5 por 100 o del 10 por 100 del ingreso nacional, así se logra superar la presión demográfica y aumentar el consumo per capita. Además, el desarrollo de uno o más sectores manufactureros que tengan una alta tasa de crecimiento. Y por último, la existencia de una nueva estructura política, social e institucional que aproveche los cambios y los explote al máximo.
El motivo por el cual la Revolución Industrial se dió en Inglaterra fue debido a que estas tres condiciones se dieron al mismo tiempo aquí, no ocurrió lo mismo en otros países, en los cuales estas condiciones se dieron muchos años más tarde.
La Industria Textil y Metalúrgica cumplió con los requisitos necesarios para el despegue económico, dado que arrastró con ella a otras ramas, principalmente el sector algodonero, el cual estaba movido por la energía hidráulica, lo cual condicionó la ubicación geográfica, dado que debían ser construidas a orillas del río y esto las hacía depender de su caudal. La invención de la máquina a vapor permitió sustituir la energía hidráulica, por energía a vapor. Esto convierte a Inglaterra en el líder mundial de la producción textil.
La industria textil fue reemplazada por la industria siderúrgica (1930), lo que permitió que la Revolución Industrial pudiera seguir adelante. Se produjo un crecimiento en la demanda de metal como consecuencia de la utilización del mismo en gran cantidad de fábricas, construcciones y medios de transporte, principalmente el ferrocarril.
Existían dos tipos de capitalismo, por un lado el capitalismo comercial, creado por los beneficios de la actividad mercantil y por el otro el capitalismo financiero, nacido del comercio de dinero. Estos, dieron las condiciones necesarias para la Revolución Industrial.
Diferentes focos de captación de capital:
Uno de ellos, fue el porcentaje de capital de la acumulación de rentas de la tierra, dada por el mejoramiento en las técnicas de cultivo, los cercamientos y el aumento de los precios agrícolas, provocados por la presión demográfica, este capital fue dirigido a la industria metalúrgica y a la minería, no a la industria textil.
Otro importante foco de captación de capital fue, el comercio, especialmente el comercio de ultramar, en donde juega un gran papel el comercio de esclavos.
Por otra parte, la importancia del sector exterior y del comercio colonial, el mismo creó capital para financiar las inversiones industriales y una demanda de productos industriales procedentes de la metrópoli y permitió el acceso a fuentes de materias primas inexistentes en Inglaterra, es decir, la exportación de productos manufacturados, dados por el intercambio.
Otro importante factor fue, el descenso de los tipos de interés del dinero, del 3 por 100, esto favoreció las inversiones industriales, construcciones de obras públicas, realización de infraestructuras urbanas, viales, todas ellas favorables para la industria. Al bajar la tasa de interés, se obtuvieron préstamos, para responder a la demanda de capital.
A todos estos factores antes mencionados, se les suma el ahorro generado por la actividad artesanal y manufacturera (preindustrial).
Orígenes del proletariado:
El urbanismo nace con la industrialización, la cual alteró las relaciones laborales. El modo de producción capitalista sancionó la propiedad privada de los medios de producción y con ello la fuerza de trabajo, convirtiéndola en una mercancía más que se adquiere libremente en el mercado a cambio de un salario.
La industrialización acabó con el Feudalismo y nacen las nuevas clases sociales, las que representan una nueva forma de desigualdad, las mismas fueron la Burguesía y el Proletariado. Las clases sociales se definen por criterios económicos, es la posición en el sistema de las relaciones de producción, esto es lo que las diferencia del Feudalismo, en donde los estamentos (llamados así a la diferenciación de clases) se definen por el honor, el nacimiento, las diferencias de rango, legitimación tradicional y religión.
Las primeras industrias manufactureras, utilizaron a la población expulsada del campo, por los cambios dados en la agricultura, es decir los cercamientos. De esta población expulsada del campo, una parte se ellos se convirtieron en obreros agrícolas asalariados y otra parte emigraron a la ciudad, con la expectativa de encontrar trabajo remunerado en la industria, es aquí en donde debemos preguntarnos, si fueron los cercamientos, los que impulsaron a que la población partiera rumbo a la ciudad, o fue la posibilidad de encontrar trabajo asalariado, lo que los atrajo.
El modo de producción capitalista exigía a los empresarios un mayor incremento en la producción, como hemos detallado anteriormente, lo obtenía por medio de la Plusvalía, este incremento tuvo dos etapas: en la primera, se obtuvo aumentando el número de horas de la jornada laboral y el la segunda, mediante la renovación y perfeccionamiento de la técnica, en donde las jornadas de trabajo, pasaron a ser de 12 a 16 horas, en turnos de día o de noche.
En este período, tanto mujeres como niños debían trabajar, esto trajo como consecuencia, la desintegración familiar, incremento de la delincuencia, prostitución o alcoholismo.
El liberalismo, no intervino estatalmente, por lo cual obstaculizó el desarrollo de una legislación que protegiera a los trabajadores, Recién en 1833, se promulgó la primera legislación laboral, en donde se prohíbe el trabajo a los niños menores de nueve años y se regula el trabajo para los niños de entre nueve y dieciocho años. Esto, fue considerado como un triunfo del proletariado.
Los trabajadores veían en las máquinas una amenaza contra su nuevo modo de vida, por lo que respondieron con movimientos desorganizados y espontáneos, pero con un gran índice de violencia.
Debido a la acción cada vez más organizada y efectiva de los sindicatos y a la acción legisladora del Estado, los capitalistas no podían seguir obteniendo Plusvalía como lo hacían y debieron cambiar la forma y lo hicieron a través de: la renovación tecnológica, incrementando así la producción, permitiendo reducir la jornada laboral y además, por la división del trabajo.
En la división del trabajo, el producto dejó de ser realizado por un solo trabajador y se pasó a un proceso fragmentado en un número de unidades de producción, ensambladas en una cadena de producción La industrialización dió origen a un nuevo principio tecnológico, la producción en serie. El sistema productivo, no estaba adaptado al trabajador, sino a las maquinarias.
El concepto de puesto de trabajo, sustituyó la vieja idea del oficio artesano. Por otra parte, el producto del trabajo, se convierte en algo extraño al trabajador, lo cual provocó desmotivación e insatisfacción laboral.
En base al desarrollo que hemos realizado, podemos elaborar el siguiente cuadro comparativo, a manera de poder evaluar, cuales fueron las diferencias y semejanzas de los dos procesos revolucionarios que cambiaron la historia de la humanidad, los cuales fueron, la Revolución Agraria y la Revolución Industrial.
A medida que fue avanzando la tecnología, el trabajo se fue parcelando cada vez más, llegando finalmente a lo que es la cadena de producción, que con su control de tiempos y movimientos y la organización racional del proceso, provocó un gran aumento en la producción y abrió camino para lo que es la producción en masa: La Revolución Automotriz.
F. W. Taylor, un Ingeniero norteamericano, elaboró una teoría basada en el espíritu capitalista, basándose en sus propias experiencias, pretendió racionalizar el proceso productivo, por medio de la Organización Científica del Trabajo, integrando al máximo los niveles de mecanización y automatización, para poder evitar, de esta manera, las fallas humanas. Esta forma de organización, permitiría lograr un control sobre el obrero, dividiendo las tareas y responsabilidades, separando así el trabajo intelectual, del trabajo manual, mediante una planificación de la producción, en base a sus tiempos y ritmos. Para lograrlo, Taylor especificaba, que había que luchar contra la tendencia a la holganza del obrero y la resistencia a recibir ordenes, y además, incentivarlo mediante un salario. Taylor recibió varias críticas con respecto a su tesis, debido al enfoque unilateral que le dió a la situación.
La tesis de Taylor, fue utilizada en la inauguración de la primera línea de montaje móvil en la planta de la fábrica Ford en 1913, para agilizar el proceso de ensamblaje para la fabricación de automóviles. Al traer el vehículo directamente al lugar donde estaba el trabajador se ahorraba tiempo en el proceso de producción y podía controlarse globalmente el ritmo de fabricación. Además dicha tesis fue aplicada en empresas petroleras u otras similares.
La clave del estilo de crecimiento fue entonces el petróleo barato, a lo que se sumó el uso de materiales en cuya producción se utilizaba la energía en forma intensiva, como es el caso de los plásticos.
Existía también, la “Corporación”, modelos de empresa cuya función directiva la cumplía una jerarquía con funciones gerenciales y de administración; esta tenia un carácter netamente profesional y estaba claramente separada de las actividades de la producción. La misma necesitaba manos de obra especializada, tanto en la actividad productiva como en la administrativa.
A partir de la década del ’30 el Estado adopto una política de intervención, cuya acción fue fundamental en el intento de ordenar el crecimiento de la demanda, adecuándola a la producción en masa. Con este propósito se crearon nuevos mecanismos institucionales que hicieron posible las disposiciones fiscales, monetarias y de gasto publico.
En el plano de las relaciones sociales se tendió a la institucionalización de los sindicatos y al las negociaciones colectivas; a constituir extensos mecanismos de seguridad social (el famoso “Estado de Bienestar”) y a fijar las condiciones de trabajo.
Otro objetivo fue mantener la estabilidad política que hiciera posible el buen funcionamiento de la nueva institucionalidad. En el plano institucional, se procuró facilitar el flujo de capitales y ampliar las posibilidades del comercio, lo cual dio también origen a acuerdos e instituciones de tipo internacional.
A comienzos de los años ’70 comenzó a perfilarse un nuevo paradigma, cuyos rasgos se notan con mayor claridad en las formas de organización de la producción, en donde se trata de establecer un sistema en el que se integren las actividades de administración, producción y comercialización. No se trata de la producción innovada de un solo producto, sino que de un conjunto variado de bienes y servicios, para lo cual el modo de producción debe ser flexible. Tienden a reducirse las necesidades de trabajo por unidad de producto. En cuanto a la calificación de la mano de obra, hay una tendencia a la formación de obreros polivalentes, a la disminución de calificaciones intermedias. El factor de uso intensivo pasa a ser a información. Así nació “La Revolución de la Informática”.
En cierta medida, algunas modalidades de la transformación tecnológica estuvieron ligadas a la llamada “estrategia de redespliegue industrial”, según la cual se reubicaron industrias en áreas distintas a aquellas de los países industrializados. En su origen, esa estrategia suponía la existencia de una tecnología madura, cuya competitividad dependía del costo relativo de la inversión y del costo de la mano de obra.
Actualmente, la tendencia de los empresarios latinoamericanos es a participar poco en la creación de nuevas tecnologías, prefiriendo adoptar las existentes o disponibles en los países desarrollados.
El “individualismo” empresarial pasó a ser un factor negativo, en cambio se requiere la creación de equipos de proyectos e iniciativas que superen el marco estrecho de una empresa.
La innovación tecnológica no es solo un problema de “nuevas máquinas”, supone, por ejemplo, modificar los tipos de conocimiento que posean los trabajadores y redefinir su formación y la estructura de las calificaciones, tarea que, no es solo de los empresarios; temas como la recapacitación del personal y la adquisición de nuevas calificaciones y modalidades de trabajo, son tareas que toda la sociedad debe abordar.
Dicha revolución tecnológica presenta dos características esenciales : Una está basada en la generación y tratamiento de la información (tanto en la microelectrónica e informática como en la ingeniería genética ), aunque en torno a ese núcleo fundamental se constituye una constelación de grandes descubrimientos científicos que progresan en forma acumulativa (nuevos materiales, superconductividad, etc.), y otro es un proceso científico-tecnológico de efectos intersticiales, es decir que afectan a los procesos más que a los productos, por lo cual impacta todas las esferas de nuestra actividad y de nuestra vida, de la economía, de la sociedad, de las instituciones.
Sin embargo, los efectos de las nuevas tecnologías no son siempre los mismos y su impacto, en ultimo término, depende de los procesos sociales y económicos en los que se insertan.
La revolución tecnológica cambio la relación entre el hombre y sus herramientas de trabajo. Las tecnologías computarizadas han reducido la necesidad de mano de obra humana en la fabricación de todo tipo de manufacturas : antes de promediar el siglo XXI desaparecerá del proceso de producción el típico obrero de línea de montaje.
Pero aunque el sector que tiene el conocimiento pueda crear nuevos empleos, serán insuficientes para absorber a los millones de trabajadores desplazados por la nuevas tecnologías. Esto es así porque el sector que tiene el conocimiento es una élite y no la masa trabajadora. De hecho, el pasaje de trabajo para las masas al trabajo hacia las elites es lo que distingue a la era de la Informática de la era Industrial.
Con las fabricas casi desprovistas de trabajadores, todos los países tendrán que enfrentar el problema de qué hacer con los millones de personas cuyas ocupaciones se necesitan poco o nada en una economía mundial cada vez mas tecnificada. Las nuevas tecnologías que ahorran trabajo deberían ser utilizadas para permitirnos gozar de más tiempo libre, y no de menos sueldo y mas desocupación.
Los gobiernos tendrían que otorgar ventajas impositivas a aquellas empresas que redujeran voluntariamente la semana laborar, implementaran un plan de participación del personal en las ganancias por productividad y acordaran una formula por la cual las retribuciones a las cúpulas empresariales y los dividendos recibidos por los accionistas no fueran desproporcionados respecto de los beneficios distribuidos entre el resto de los empleados.
Aun con una semana laboral bastante reducida, las naciones del mundo tendrán que abocarse a encontrar formas de trabajo para los millones de personas que ya no serán necesarias para producir bienes y servicios. El sector civil puede llegar a convertirse en la mayor esperanza de absorber a los millones de trabajadores desocupados.
Hoy tenemos oportunidad de crear millones de nuevos empleos en la sociedad civil. Para ello hay que gravar un porcentaje de la riqueza generada por este mercado de alta tecnología y asignarlo a la creación de empleos en el sector civil (un sector sin fines de lucro) y a la reconstrucción de obras comunitarias de infraestructura. Esta nueva propuesta presenta una fuerza muy poderosa para contrarrestar los efectos del nuevo mercado global.
Como la sociedad civil depende tanto del mercado como del gobierno para sobrevivir, su futuro va a depender, en gran medida, de la creación de una nueva fuerza social que pueda hacer oír sus reclamos a estos dos sectores para encauzar parte de las enormes ganancias financieras de la nueva economía de la era de la formación hacia la formación de un capital social.
Hoy por hoy, existen las tecnologías que nos permiten conectarnos en tiempo real con grandes servers, con servicios on-line de información y a través de INTERNET, con millones otras bases de datos y centros de investigación de muchas partes del mundo. El acceso ya no representa el problema como lo era tiempo atrás. La tecnología tampoco es una limitación dado que se siguen desarrollando maquinas cada vez mas rápidas, cada vez mas grandes, cada vez más baratas.
El rol clave lo sigue desempeñando el hombre, El usuario que define sus necesidades de información es quien no ha avanzado en forma proporcional a los desarrollos de la información y la tecnología. No hubo avances significativos sobre la capacidad de discernimiento ni sobre las alternativas de teorías de decisión entre diferentes cursos de acción que el decididor posee, ni la velocidad de procesamiento de información.
En el pasado, para mejorar la productividad había que basarse en el trabajo, en el capital o en la tecnología. Ahora, las empresas deben agregar una mayor orientación hacia la información, hacia la mejora de la productividad para ser más competitivos en los mercados globales. Hoy hay que trabajas más con la cabeza que con el físico. El trabajo es mucho mas intelectual que físico. Hoy no se paga por las horas trabajadas sino por el valor que uno agrega a los productos o servicios, o por las soluciones que provee.
Este hecho obliga a implementar cambios estructurales a las empresas, nuevas maneras de evaluar y de remunerar a los empleados, nuevas relaciones de poder y nuevas habilidades necesarias en los empleados para poder competir exitosamente en el mundo globalizado.
La economía de la información no reemplaza a la agricultura ni a la industria, solamente las transforma. La era de la información da lugar a la creación de cuatro grandes industrias :
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Computación: Referido a hardware, desarrollo de maquinas más potentes.
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Comunicaciones: Referido a las comunicaciones de voz, datos, video, textos.
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Información: Referido al acceso de los datos y al procesamiento de los mismos.
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Conocimiento: Referido a la capacitación y a la educación para la mejora de la productividad aplicando los avances tecnológicos.
Como se evaluara a partir del rendimiento, no del horario que se este presente en la oficina, surgen nuevas tendencias para mejorar el rendimiento de los empleados, a través de otorgarles una mayor flexibilidad en su ámbito laboral. Las cuales son: La semana de cuatro días, el horario flexible, el teletrabajo y el trabajo por proyectos.
Las capacidades que más se valoraran son: Pensar, relacionar, pronosticar y decidir. En definitiva estos son los pasos para resolver problemas. Pero eso traerá aparejado en forma directa el sentido de la responsabilidad por parte de todos los empleados de la organización.
La era de a información introducirá cambios drásticos en los siguientes factores claves de la empresa: Descentralización, liderazgo, satisfacción de los empleados, capacitación, ansiedad generada por la información, crecimiento, remuneración, motivación, responsabilidad y horarios.
En un futuro se espera que desaparezca la empresa tradicional y surja el portfolio worker, que es el trabajador que desarrolla un talento específico para luego venderlo.
Al siglo XX se lo conocerá como el siglo de la organización del empleo, que se está agotando, no desaparecerá, pero quedará reducido a un núcleo organizativo. Y las organizaciones se van a dedicar sólo a organizar, no emplearán a las personas a las que hay que organizar, sino sólo a los organizadores.
Se contará con la mitad de los trabajadores, a los que se les pagará el doble para producir tres veces más, su vida eficiente dentro de la organización será de unos 15 a 20 años. La otra mitad quedará fuera de la organización.
La mitad superior (que cuenta con habilidades específicas) desarrollará actividades independientes que venderá a la organización y a otras organizaciones.
En el nivel inferior se seguirá necesitando gente para cubrir la mayor parte de los empleos no calificados (mundo de los servicios) y los encargados de organizarlos serán los Empleadores Intermediarios, que se ocuparán de capacitarlos.
La gente que integra el estrato inferior de la sociedad no es lo suficientemente competente como para venderse a sí misma en calidad de trabajador independiente, para ello necesitarán representantes que, como no ganarán lo suficiente como para tener un representante independiente, necesitarán Representantes Colectivos.
Estos representantes colectivos se ocuparán de educar, proveer servicios de salud, jubilación y asesoría legal para sus trabajadores. Y principalmente, de educar mejor la habilidad de estos, ya que así se convierten en personal confiable y gana más dinero con ellos.
Al existir las organizaciones virtuales y los portfolio workers, el conocimiento será una ventaja competitiva, creándose así una gran subclase sin talento específico para venderse. La riqueza ya no fluye hacia arriba, sino se logra que los pobres sean ricos, los ricos se quedarán sin clientes.
El futuro es incierto, ya que se ha perdido la confianza en el gobierno, porque los políticos no son creíbles, ya que no se cree en el mundo que nos ofrecen, va a haber dos tipos de reacciones: una de ellas contra las instituciones de gobierno y los políticos en su conjunto (se dará la espalda al proceso político democrático), para evitar esto se debe instaurar la verdad en la política. La otra, es la brecha creciente entre ricos y pobres (los pobres verán a la riqueza como una obscenidad).
El contrato implícito sobre el que se asienta el Capitalismo no se va a poder seguir sosteniendo ( la empresa es el instrumento de los dueños, el individuo es el instrumento de la empresa).
El creciente acceso tecnológico a la información inclinará cada vez el campo de juego. Los empresarios se van enriquecer y no van a redistribuir su riqueza porque no van a emplear más personal a medida que se enriquecen.
La preocupación principal reside en quienes están “abajo” (porque los que están en el “medio” estarán bien, habrá empleo y trabajo para ellos), ya que están criados en la cultura del empleo, con la expectativa de que la sociedad les dará un puesto de trabajo.
Es necesario reeducarlos y educar a las nuevas generaciones para que puedan vivir en una sociedad de trabajadores independientes y no en una sociedad de empleados. Para esto es necesario un sistema educativo que de algún modo relacione a la gente con el lugar de trabajo, las escuelas que convierten en el eje de este sistema y hay que lograr que alcancen un alto nivel de prestigio.
Para comprender mejor este futuro incierto, Charles Handy (maestro y escritor irlandés) desarrolla de un modo filosófico nueve paradojas que explican la confusión existente en nuestra sociedad, en donde plantea que no es necesario resolverlas, sino simplemente entenderlas:
Paradoja de la Inteligencia: En donde plantea la inteligencia como una propiedad.
Paradoja del Trabajo: Hay gente que posee dinero y trabajo pero no tiene tiempo para el ocio, mientras que para otros es al revés.
Paradoja de la Productividad: La Productividad significa mejor trabajo con menos gente, esto es bueno para las empresas y para los clientes, pero no para los empleados. Ahora el área de crecimiento es la economía por cuenta propia.
Paradoja del Tiempo: Antes el tiempo estaba bien organizado y había una división en cuanto al tiempo en que se debía trabajar y en cuanto al tiempo que se necesitaba para dedicar a la familia. Hoy es diferente, hay trabajos de medio tiempo, horarios flexibles, etc. Sin embargo, en ciertos casos, se trabaja igualmente más horas de mala manera pensando en tener mas tiempo para el ocio.
Paradoja de las Riquezas: Antes para mantenerse rico se proveía a la gente de más y más de las cosas que demandaban, hoy la gente tiene ansias de comprar pero no tiene con que. Hay que brindarles lo que necesitan para producir y vendernos, para que puedan comprarnos.
Paradoja de las Empresas: La empresa debe ser planeada, flexible, global y local, promotora masiva, pero dirigida a muchos mercados. Los empleados deben ser autónomos y trabajar en equipo. Los gerentes deben delegar y controlar más. Las organizaciones van a organizar pero con menos gente. No habrá trabajos de tiempo completo.
Paradoja del Envejecimiento: Cada generación planifica argumentando que la que la sucederá será igual, pero no es así, la nueva generación adecuará sus vidas de acuerdo a sus propias necesidades, y no a las necesidades de los que los sucederán.
Paradoja del Individuo: Necesitamos de los demás para ser realmente nosotros mismos.
Paradoja de la Justicia: Justicia significa dar a cada cual lo que le corresponde. Una sociedad que se percibe como injusta está condenada a destruirse a sí misma.
De acuerdo al desarrollo del presente Trabajo Práctico, en donde hemos desarrollado temas directamente relacionados con el trabajo, daremos un enfoque global de lo que es el Acto de Trabajar, según el autor Peter Drucker, en donde el hace referencia a cinco dimensiones que el trabajador necesita realizar para ser productivo:
Dimensión Fisiológica: Se trabaja mejor si el trabajo compromete a todo el ser humano (músculos, sentidos, mente). Si se limita a una operación individual o a un movimiento, se fatiga psicológica y fisiológicamente. La imposición de cambios de ritmos es extraña y fisiológicamente ofensiva para el ser humano. Si quiere ser productivo, el individuo debe ejercer un control de la velocidad, el ritmo y los alcances de atención con los cuales trabaja. El acto de trabajar exige libertad para modificar con frecuencia los ítem enunciados y también cambios frecuentes de las rutinas operativas.
Dimensión Psicológica: El trabajo es tanto una carga como una necesidad, una maldición y al mismo tiempo una bendición. Las consecuencias psicológicas más graves las provoca el desempleo, no por obra de la privación económica, sino principalmente porque socava el respeto de uno mismo. El trabajo es una extensión de la personalidad. Es realización. Es uno de los modos en que una persona se define, mide su valía y su humanidad.
Dimensión del Trabajo como Vínculo Social y Comunitario: El Trabajo nos acerca a los pares, a otros seres humanos, nos iguala y nos diferencia. Es el principal determinante de la jerarquía social. Nos permite crecer, porque nos da la posibilidad de conocer lo que otros conocen y nos permite quitarnos prejuicios.
Dimensión Económica: El trabajo es una forma de ganarse la vida. Tiene un componente económico tan pronto una sociedad adopta incluso la más rudimentaria división del trabajo. Apenas la gente abandona el estado de autosuficiencia y comienza a intercambiar los frutos de su trabajo, este crea un nexo económico y también un conflicto económico que no tiene solución, es necesario soportarlo. El trabajo es un modo de ganarse la vida para el trabajador. Es el fundamento de su existencia económica. Pero también el trabajo produce capital para la economía. Produce los medios mediante los cuales una economía se perpetúa, contempla los riesgos de la actividad económica y crea los recursos futuros, y sobre todo los que se necesitan para crear los empleos futuros, y con ellos los medios de los trabajadores futuros. En toda economía se necesita un fondo de salarios y un fondo de capital. Pero el fondo de capital compite directamente con la necesidad que tienen los trabajadores de ganarse la vida aquí y ahora. El trabajador necesita el fondo de capital tanto como el fondo de salarios y necesita más que nadie protegerse de los riesgos de la incertidumbre, el más que nadie necesita los empleos futuros.
Dimensión de Poder del Acto de Trabajar: Siempre hay una relación de poder implícita en la actividad de trabajo dentro de un grupo, y especialmente, cuando se ejecuta el trabajo en el seno de una organización. Pero en cualquier organización, por pequeña que sea debe existir una autoridad personal. La voluntad del miembro de la organización se subordina a una voluntad extraña. La imposición del reloj en la vida del hombre, puede parecer un trivial ejercicio de poder, y que afecta a todos por igual. En una organización es necesario diseñar, estructurar, y asignar cargos. El trabajo debe ejecutarse de acuerdo con un programa y en una secuencia preestablecida. Se asciende o no a la gente. En suma, alguien debe ejercer autoridad.
Dimensión de Poder en la Economía: Es la necesidad de ejercer autoridad con respecto a las participaciones económicas. El poder y la economía están muy vinculados en la organización moderna. La distribución de las recompensas económicas entre los miembros de la institución exige un órgano central de autoridad con poder de decisión. La institución misma configura necesariamente un sistema redistributivo. Es necesario que exista una redistribución y una autoridad que adopte las decisiones pertinentes. Sin embargo, la redistribución constituye de hecho una decisión política más que económica.
Las dimensiones del acto de trabajar están separadas. Es posible e incluso necesario, analizar cada una por separado e independientemente. Pero siempre aparecen juntas en la situación del trabajador en su relación con el trabajo y el cargo, los compañeros de trabajo y la administración. Es necesario administrarlas conjuntamente. Sin embargo, no presiona en la misma dirección. Las exigencias de una dimensión son muy distintas de las que se originan en otras.
La falacia esencial de nuestros enfoques tradicionales del Acto de Trabajar ha sido la afirmación de que una de estas dimensiones es la dimensión.