Cuando una persona tiene desarrollada una buena capacidad de razonamiento, es capaz de reconocer la diferencia entre un argumento válido y otro que no lo es. Pero al involucrarse las creencias, es posible que esa capacidad de razonamiento sea nublada y no permitan que se evalúen situaciones en una manera adecuada. Por ejemplo, cuando nos encontramos discutiendo en clase de filosofía sobre el desapego de la manera en que es planteado en el Bhagavad Gita, nos es difícil comprender como la felicidad puede ser alcanzada al no preocuparse por los bienes materiales o las pérdidas por las que una persona puede pasar. Esto es debido a lo que se nos ha inculcado de acuerdo a la cultura occidental, es una creencia que el dinero es necesario para alcanzar la felicidad. Este es un ejemplo de cómo las creencias representan un problema de conocimiento para la razón. Ambas culturas pueden tener sus respectivos argumentos y que estén bien fundamentados por parte de ambas, por lo cual podría surgir la pregunta, ¿cómo es posible reconocer cuál de esas dos posturas es la correcta? Es necesario un razonamiento para analizar ambos casos. Y otra pregunta que puede surgir es cual razonamiento sería el correcto. Es posible que ambos razonamientos fueran correctos, dependiendo estos del contexto en que se encuentren. Esto viene a demostrar que el razonamiento es algo que en la mayoría de los casos es algo relativo, lo cual representa un problema de conocimiento. Un proceso importante en el proceso de razonamiento es la capacidad de reconocer cuando un argumento no es válido y en lugar de un argumento es una falacia.
Immanuel Kant establece dos divisiones en la razón: la razón teórica y razón práctica. Menciona que no se refiere a diferentes razones sino a diferentes maneras de utilizar la razón. Dice que cuando usamos nuestro razonamiento como una búsqueda de la realidad nos encontramos con la razón teórica; mientras que cuando la razón tiene como fin el dirigir la conducta, se habla de una razón práctica. Por ejemplo, en el caso de la primera, al discernir sobre determinada idea estamos haciendo uso de la razón teórica. Un ejemplo en el caso de la razón práctica sería cuando razonamos para decidir si realizamos o no determinada acción.
Considero que la razón predomina sobre el resto de las formas de conocimiento. Esto se debe a que cuando adquirimos conocimiento por alguna otra forma, este no se vuelve conocimiento hasta que es razonado. Por ejemplo, al percibir cierta sensación es necesario que esta sea analizada para poder determinar si fue dolorosa, placentera o cualquier otra sensación posible. O en el caso del lenguaje, para que hablemos de manera coherente es necesario razonar antes de hablar, y al escuchar se necesita que lo que se escucho sea procesado mediante la razón para comprenderlo. De esta manera el racionalismo se encuentra contrapuesto al empirismo y existe un conflicto de ideas difícil de resolver.
Existen otras dos corrientes que pretenden establecer una armonía a las diferencias que existen entre el racionalismo y el empirismo. Estas son el intelectualismo y el apriorismo, siendo defendida la primera por Aristóteles y la segunda por Immanuel Kant. El intelectualismo establece que es posible llegar a un acuerdo entre las dos corrientes, mostrando que ambas toman parte en la producción del conocimiento. A pesar de buscar que el racionalismo y empirismo sean importantes de la misma manera, esta corriente se inclina más por el empirismo ya que el conocimiento es adquirido a través de los sentidos, y es después procesado mediante la razón. Por el otro lado el apriorismo busca esa misma armonía de ambas corrientes, pero con un mayor apego al racionalismo. Ahí queda el problema de conocimiento, si realmente es necesario que obtengamos experiencias para obtener conocimiento, o es posible que por ejemplo al nacer ya podamos razonar y por ende estar adquiriendo conocimiento.
Las desventajas de un razonamiento pobre residen en la incapacidad para distinguir entre argumentos válidos e inválidos. Cuando no existe un buen razonamiento, fácilmente una persona puede ser engañada mediante una pobre argumentación, o el uso de falacias para convencerla sobre determinada acción o postura. Un ejemplo claro, que puede situarse dentro de la sociología, es el del gobierno del país de México. Frecuentemente dentro de esta estructura social se hace uso de muchos tipos de falacias, pero principalmente del tipo Ad hominem abusivo, que habla de un ataque a la persona en lugar de la idea que está presentando, y falacias genéticas, en las cuales se ataca una tesis o idea por el origen de quienes la concibieron. Se utilizan falacias para atacarse entre partidos políticos y así desacreditar al otro, las usan para ganarse la aceptación del pueblo; todo esto genera un problema de conocimiento ya que se está utilizando la falta de razonamiento de la población para así obtener beneficios.
Existen muchos puntos positivos y negativos de la razón, pero yo pienso que es necesario que esta sea complementada con la experiencia para que el conocimiento. El conocimiento no puede recaer únicamente en una forma de conocimiento; pienso que la razón es la manera más fiable de obtener conocimiento, pero es necesario que el resto de las formas de obtener conocimiento tengan una armonía con esta para que este sea obtenido. Veo necesario una corriente que a diferencia del intelectualismo y el apriorismo realmente establezca una armonía entre el racionalismo y el empirismo, ya que una no es más importante que otra, sino que ambas dependen la una de la otra y no pueden trabajar por si mismas.