“Cierto que ante sí mismo tiene el deber de seguir su conciencia; pero si con ella lesiona los derechos de otros, es decir, los deberes para con los demás, entonces éstos, o mismo que el Estado, tienen el derecho de impedírselo”.
Un ejemplo de esto es el aborto, ya que el nuevo ser carece de la oportunidad de tomar su propia decisión con respecto a la vida, independiente de la edad que se requiera para hacerlo. Esto es lo que ocurre en la película, ya que existen madres, cegadas por sus deseos, que no visualizan lo que es traer a un ser humano al mundo. Recurriendo a una solución rápida para evitar lo que no está en su derecho de impedir, arriesgando sus vidas y huyendo de los prejuicios de la sociedad, por las distintas situaciones que conduzcan a lo anterior, como lo son los embarazos fuera del matrimonio, carentes del deseo de los padres de tenerlos. Y esto no valida caer en individualismos y tomar la decisión más satisfactoria para uno, porque la libertad llega hasta donde no atenta contra la libertad y dignidad de otro. Por esto se dice que “ayudar” (con comillas porque creen que están haciendo un bien) a otros para salvaguardar su libertad (referente a su derecho de decidir por su cuerpo), es no tener clara la importancia de la vida y creen que el embrión está incapacitado para ejercer sus derechos, por lo que son secundarios, o inexistentes. A su juicio, es razonable luchar por la dignidad propia, a pesar de que sepan que no siempre es lo correcto, para más tarde, comprender su error y recurrir al arrepentimiento como una forma de educarse con respecto al tema. Pero si no lo hiciesen, el Estado debiera sancionar la injusticia cometida, privando la libertad y promocionando la reflexión.
En la película, existe una mujer perturbada por una experiencia. Ella teme al dolor, llevándola a realizar abortos como un acto de ayuda propia y a otras mujeres. Se infiere que hubiera preferido no nacer a vivir lo que le tocó, y lo extiende a quienes nacerían en una situación similar (a modo de ejemplo, sin un núcleo familiar bien constituido). No es conciente de su error hasta que es descubierta, dado que llevó a otras mujeres al borde de la muerte. Pero continua sin reflexionar hacia qué es lo correcto, ocultándolo a sus seres queridos, temiendo su reacción. Lo que significa, que era conciente de que quitaba la vida a seres indefensos. Queriendo que no corran la misma suerte que ella, lo cual sería la justificación. Siendo individualista y no pensando que los embriones podrían a llegar a ser personas que amarían la vida y ser felices o satisfechos con lo que les toque.
No valoraba la importancia vida, porque pensaba que la felicidad era lo más añorado y lo más importante, la cual es el fin último del hombre. Creyéndola alcanzable sin las carencias que ella experimentó, y que por lo mismo, aquellos embriones estarían mejor sin vivir lo mismo que ella. Mejores muertos que infelices. Esto es muy importante, dado que su conciencia le dice que es correcto salvarlos de la infelicidad sus padres que podrían causarles al no desearlos, y los padres, en su derecho, serían felices evitándolos.
Por lo tanto, su conciencia le hacia creer que estaba bien a pesar de que en el fondo no lo hiciera.
De todas formas, se arrepiente y reconoce su error mientras cumple su condena. Comprendiendo que:
“…, la mala conciencia es señal de una culpa, de un comportamiento que se opone al propio ser y a la realidad.
La revisión de esa actitud la denominaremos arrepentimiento”.
Concluyendo, quitar la vida a seres humanos en su primera fase de crecimiento y adaptación, proviene de una mala concepción de lo que es realmente la vida. Proviene de una común creencia actual, donde el individualismo unido al utilitarismo lleva a creer que uno es el centro, por lo que mis problemas son globalizables. Al final, queriendo extirpar de la sociedad la parte de la vida personal que le duele a cada uno. Por lo tanto, su razonamiento con respecto a la categoría de las otras vidas, dado que la personal va primero porque el fin que se buscaría sería la felicidad inmediata, impide el sentimiento de culpa y se recurre al arrepentimiento, cada vez más legitimo y, lo que es peor, permisivo.
Temas como este, hoy en día siguen siendo controversiales y lo seguirán siendo hasta que no se determine otro punto de vista el cual vendría siendo aún más superficial e individualista, pero afortunadamente sancionados por el Estado (actualmente en Chile), quien se ha encargado de velar por todos aquellos individuos que pertenezcan a la especie humana independiente de su desarrollo físico.
Como opinión personal, el atentar contra la vida de cualquier ser humano es incorrecto, dado que nadie es quién para decidir sobre la vida de otro, a menos que sea un ser perfecto como lo sería Dios. Especialmente cuando se desconoce si éste lograría llegar a convertirse en persona. Como solución, se plantea educar a la gente con respecto al tema, para que cuando vivan estas experiencias, haga lo éticamente correcto, que es darle la posibilidad a un ser vivir.
Bibliografía:
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Beata, De Vita. Sobre la felicidad. Editorial Seneca, Revista de occidente, Bárbara de Braganza, 12, Madrid, páginas 65 hasta 73.
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Polo, Leonardo. Quién es el hombre. Un espiritu en el mundo. Ediciones Rialp, S.A. Madrid. Segunda Edición, páginas 102 hasta 126.
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Spaemann, Robert. ÉTICA: Cuestiones fundamentales, Ediciones universidad de Navarra, S.A. Pamplona, sexta edición, páginas 85 hasta 97.
Lejeune, Jérome. ¿Qué es el embrión humano?, ediciones RIALP, página 106
Spaemann, Robert. ÉTICA: Cuestiones fundamentales, Ediciones universidad de Navarra, S.A. Pamplona, sexta edición, página 95
Spaemann, Robert. ÉTICA: Cuestiones fundamentales, Ediciones universidad de Navarra, s.a. Pamplona, sexta edición, página 93