“Con pequeñas diferencias,
tanto en Grecia como en Roma,
la mujer ocupaba un lugar secundario.
En Grecia, aparece celosamente recluida en el Gineceo,
recinto exclusivo del hogar para la mujer y sus esclavas,
y en Roma, se le relegaba al hogar.
De tal manera
es riguroso este rol de las mujeres
que los historiadores griegos
prácticamente no hablan de ellas…” (Una vida secreta y limitada, anónimo)
Si bien es cierto, en aquella época la mujer estaba relegada a un segundo plano, por lo que resulta extraño que dramaturgos de la talla de Eurípides y Sófocles, entre otros, destaquen la figura femenina, mediante roles protagónicos. ¿Podemos considerar entonces, los caracteres femeninos de estos trágicos como un medio implícito para expresar sus ideas rupturistas en cuánto al rol de la mujer en la sociedad griega?
El carácter innovador de la producción dramática de Eurípides sorprendió a los atenienses de la época y aún desconcierta, puesto que en la composición de sus personajes destaca la profunda humanidad que a ellos les atribuye. Las heroínas de Eurípides, despiertan en un principio las simpatías del espectador para acabar mostrando un comportamiento cruel, motivado generalmente por el carácter tempestuoso de pasiones amorosas. Este es el caso de Medea, protagonista de la tragedia que lleva su nombre.
Medea es una figura fascinante y cada vez más moderna. Quizás en siglos pasados, fue considerada como una loca vengativa, un verdadero monstruo; ahora es simplemente una mujer ofendida y humillada en busca de venganza.
CREONTE.- Si vanas palabras, he de decirte, Medea, que temo tus maquinaciones. Algo tramas contra mi hija, con intención de casarle un mal irreparable. Constantemente tamo lo peor, porque eres astuta, pérfida, maestra en artificios, y estás enfurecida a causa de la deserción de tu marido del tálamo nupcial…
MEDEA.- (…) Tú mismo me miras con mala voluntad. Tú mismo me acabas decir que soy capaz de cometer actos odiosos. No es cierto nada de esto, ¡oh Creonte! Gran engaño el tuyo si supones que yo pienso hacer daño alguno a las personas que has nombrado. (…)
CREONTE.- (…)
MEDEA.- (…) ¿Creéis que yo me habría humillado hablando a Creonte con tanta mansedumbre, a no ser porque así he ganado tiempo para ejecutar lo que medito? (…) Su insensatez le ha perdido, pues pudiendo desbaratar mi proyecto obligándome a salir sin dilación alguna, me permite quedarme un día, tiempo más que suficiente para dar muerte a mis tres odiados enemigos: al padre, a la hija y a mi marido.
(Eurípides, 83)
Está poseída por la cólera y cuando ésta la ciega, el raciocinio desaparece. Sus planes de venganza nos horrorizan, sin embargo a pesar de ser una mujer manipuladora y cínica, produce también cierto agrado y admiración. No podemos permanecer indiferentes ante este sufrimiento, al fin y al cabo, ella, al igual que todas las mujeres, sólo desea ser amada.
Denominaremos a nuestra heroína como ‘mujer maquiavélica’, puesto que la obtención del fin, justificará los medios utilizados. Medios, más bien, exagerados y severos, sin embargo, este determinismo que la caracteriza, es lo que la hace de ésta, un personaje único.
De todas las imágenes de Medea, la que más ha fascinado a artistas y autores a través de los siglos es la de la madre asesina. Esto porque rompe con todas las concepciones de mujer racional; logrando finalmente la purificación de las pasiones mediante el efecto catártico.
Por el contrario, Antígona, ilustra la tesis de que es preciso soportar con nobleza las adversidades y los sufrimientos. Destaca así su grandeza y voluntad al enfrentar la injusticia sin temor a las consecuencias.
ISMENA
¿Tú quieres enterrarlo, aunque está prohibido?
ANTÍGONA
No habré de permitir que traidora me llamen;
aunque tú no lo quieras, era tu hermano y mío. (Sófocles, 15)
Finalmente existe un personaje femenino adecuado a la época, Ismena, prototipo de la mujer griega; sumisa, obediente y prudente, quizás, hasta cobarde.
Ismena contrasta con de el personaje de su hermana. Mientras que esta última, a pesar de los conflictos entre lo que dicta la ley y lo que dice el alma, es consecuente con sus principios; demostrando ser una mujer de gran nobleza y muy justa. Ismena simplemente decide mantenerse indiferente a esta situación, ya que no está dispuesta a dar la vida por una causa, sin importar cuán noble sea ésta.
Un cambio cultural e histórico muy importante comenzó a producirse durante la segunda mitad de la edad media, a partir del código del amor cortesano que rendía culto a la dama amada y exacerbaba sus perfecciones morales y estéticas. Ya en los siglos XVIII y XIX, es a la esposa, madre y educadora de los niños a la que ponen en pedestal filósofos, ideólogos y poetas.
Es indiscutible el logro alcanzado por el sexo femenino en los últimos tiempos. Este hecho ha sido tan avasallante y contundente, que hoy en día pocas personas cuestionan la capacidad de las mujeres. La participación de la mujer, su proyección, cada vez mayor no sólo en el día a día sino también en diferentes ámbitos, tales como el científico, político, social y religioso, es evidente.... e innegable.
Si tan solo por un momento, los griegos pudieran ver en que se ha transformado aquel ‘elemento’ despreciable, seguramente se sorprenderían.
Personalmente me siento afortunada de pertenecer a una sociedad que progresa hacia la equidad sexual. El siglo XXI verá romper los últimos prejuicios que quedan, los últimos reductos de burócratas y mojigatos: la integración completa de la mujer en la sociedad.
Antes de finalizar mi ensayo, quisiera referirme al personaje protagónico en la tragedia de Eurípides: Medea.
Debido a ciertas características de éste personaje; como su realismo y majestuosidad, creo que es erróneo limitarla a un determinado período, ya que no pertenece a ni a un pueblo ni tampoco a una época en particular. Es, sin duda, el prototipo perfecto de la mujer actual.
No deja de sorprenderme y a la vez, es imposible no cuestionar los medios utilizados por estos dramaturgos para dar vida a personajes tan ‘modernos’. Quizás sí existió la famosa maquina del tiempo, ¿Quién sabe?, Independiente de la respuesta a esta interrogante, debemos lo importante es considerar lo acertado
Bibliografía
- Eurípides, Medea, Madrid, Editorial Mediterráneo, 1981
- Sófocles, Antígona, Santiago, Editorial Universitaria, 1996
- VV.AA, Historia Universal educación media, Santiago, Editorial Santillana, 1996.
- Armando Ghio, Diccionario Práctico de Sinónimos y Antónimos, Librería Libertad, 1997
Depto. de Castellano
Saint John’s school
Concepción
Literatura Mundial I:
¿Podemos considerar los caracteres femeninos de Sófocles, en Antígona y de Eurípides en Medea respectivamente, como un medio implícito para expresar sus ideas rupturistas en cuánto al rol de la mujer en la sociedad griega?
Nombre: Katherine Lama
Curso: 3EMB
Profesor: Mauricio Mora
Fecha: 01 / 07 / 2003
N° palabras: