Una sociedad arraigada a estereotipos no permite el desarrollo de ésta. Tanto Galdós como Austen exponen este aspecto de la sociedad en los textos literarios estudiados con una perspectiva diferente, aunque con el mismo propósito, criticar a la sociedad en la que vivían. En el caso de “Orgullo y Prejuicio” esto se muestra a lo largo de toda la novela, ya que la madre y hermanas de Elizabeth, personaje principal, se comportaban de acuerdo a los estereotipos femeninos impuestos por la sociedad inglesa de fines del siglo XVIII. Cabe resaltar, que Elizabeth rechazaba estos modelos; por ello, era recriminada por su madre, puesto que, con este comportamiento no encontraría un buen esposo. Mientras en el caso de “Doña Perfecta”, la población de Orbajosa era parte de una cultura tradicional; por tanto, para ellos todas las personas de la ciudad eran liberales, lo cual implicaba que carecían de valores morales. Además, tenían el estereotipo de que una persona liberalista, era ateo, controversial y que buscaba por sobre todo instaurar sus propias reglas sin respetar la cultura de las personas de su entorno. Es decir, sólo buscaba utilizar la fuerza para cambiar la ideología de toda España. Esto lo podemos apreciar en la siguiente cita:
“- Parece que ni es tal ingeniero ni cosa que lo valga – añadió un propietario de olivos, que tenía empeñadas sus fincas por el doble de lo que valían-. Pero ya se ve… Estos hambrientos de Madrid se creen autorizadas para engañar a los pobres provincianos, y como creen que aquí andamos con taparrabo, amigo…”
Las mujeres europeas, durante los siglos XVIII y XIX, debían seguir ciertos modelos sociales para ser consideradas dignas de conseguir un buen esposo. Por ejemplo, las mujeres en la historia de “Orgullo y prejuicio”, debían saber tocar el piano, cantar, bailar, pintar. Es decir, el estereotipo de mujer “educada” de esa época en Inglaterra implicaba que ésta debía desempeñar todas las actividades mencionadas anteriormente. Incluso, debía llevar a cabo las tareas domésticas del hogar de manera exitosa y satisfactoria. Esto se puede percibir al leer el siguiente diálogo entre Elizabeth Bennet y Lady Catherine:
“-¿Son también sus hermanas buenas pianistas y cantantes?
- Una de ellas sí que lo es.
-¿Y por qué no todas? Debieron ponerlas a estudiar música y canto. Las señoritas Webbs tocan todas el piano, y su padre no goza de tan buenos ingresos como el de usted… ¿Sabe usted dibujar?
-Absolutamente nada.
-¿Ni sus hermanas tampoco?
-Ninguna de ellas.
-¡Qué cosa más sorprendente!”
En cambio, en “Doña Perfecta” se muestra a dos mujeres opuestas. El personaje protagónico es una mujer viuda, pero autosuficiente quien no necesitaba buscar una pareja para tener apoyo económico; esta mujer representaba a un segmento de la población española. De la misma manera se presenta a un personaje femenino sumiso, que representa al otro segmento de población femenina española de la época. Este personaje es Rosarito, quien sacrifica el amor de su vida por complacer a su madre y asegurarse de que ésta esté bien. Muestra a aquella mujer española que lo daba todo por la familia antes que por su propia felicidad.
Las personas que tenían una buena situación económica, en Inglaterra durante los siglos XVIII y XIX, eran estereotipadas como personas arrogantes y superficiales. En “Orgullo y Prejuicio” Elizabeth, por ejemplo se deja guiar por los estereotipos al conocer al Sr. Darcy, pues desde que lo conoció quedó con la impresión de que éste era arrogante y superficial, ya que accedió a bailar con su prima, quien era de buena condición socio-económica, pero no quiso bailar con ella cuando ésta, muy cortésmente, se le acercó. Es por eso, que la madre de Elizabeth hace el siguiente comentario sobre el Sr. Darcy: “Lizzy no pierde mucho con no serle de su gusto; es un hombre de los mas antipático y repelente; nada se pierde con no gustarle. ¡Qué insoportablemente orgulloso y fatuo es!” Por otro lado, en “Doña Perfecta”, el pueblo en general encontraba al joven Pepe Rey como una persona arrogante, que se creía superior a todos ellos y que había ido al pueblo de Orbajosa a conseguir más dinero y, además, superficial; ya que todos afirmaban que éste sólo quería casarse con su prima, porque esta era hermosa, cuando en realidad él lo hacía a pedido de su padre y su tía, y por el profundo amor que sentía por Rosario.
En “Orgullo y prejuicio” los estereotipos estaban basados en los títulos de nobleza y en la cantidad de dinero que una persona poseía. Estos categorizaban a la población. Por otro lado en “Doña Perfecta” los estereotipos se basaban en las creencias religiosas que tenían los diferentes pobladores y el servicio que estos brindaban a la iglesia como símbolo de respeto y unidad. Es decir, si la persona era muy religiosa se le consideraba como una persona piadosa, comprensiva e incapaz de mentir. Un ejemplo de los estereotipos con base a la religiosidad de las personas es el siguiente:
“-Fue porque esta dijo que usted está perdiendo el tiempo, y Rosarito no quiere sino gente de Iglesia.
-¡Qué cosas tienes! Yo no he dicho tal cosa. Tú dijiste que este caballero es ateo luterano.”
En conclusión, en “Orgullo y prejuicio” se muestra una mujer que debía seguir ciertas pautas de comportamiento para ser bien vista por la sociedad. Más aún, en esta historia las personas con buena posición económica eran catalogadas como personas arrogantes y superficiales. En cambio, en “Doña Perfecta” se muestra más una sociedad que rechaza a las personas que muestran ideas liberales y progresistas. De esta manera podemos concluir que en ambas obras analizadas, los autores retrataron fielmente lo que veían. Es decir, intentaron dar cuenta de lo que ocurría en su época en la dimensión social con el fin de mostrar los defectos de la sociedad para crear la necesidad de corregirlos.
BIBLIOGRAFÍA
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