Cambiar el tiempo, de seguro ya no podemos, ni atrasar el reloj, ni espiar el devenir de los años. Quiza haya alguna puerta mal cerrada que nos indique el mejor camino, o talvez alguna recóndita endija nos revele el mas alla. Alli quiza encontremos maravillas o barbaridades espantosas. Transitar por el sendero mas seguro no es siempre solucion de nada; escabullirse por las sendas mas arduas, puede llegar a ser una autoamenaza.
El corazon, el mismo que por momentos parece estar inerte y a la vez presente, es quiza otro "algo" abstracto, tambien independiente, talvez muy preciso, y a veces del todo vulnerable. Y es probable que no acate las ordenes que el estructurado razonamiento indique, o quiza se deje guiar por espejismos que llegan desde el alma y su afanoso "querer" o deseo.
Los momentos en una vida, suelen ser todos, y en muchos casos, se resumen en uno solo, que es la vida. Dependiento de como se viva, puede resultarnos un suspiro, o lustros de andares. Pero al final siempre son momentos, y sea como sea se resuelven viviendolos; no se justifica creo, recorrer la vida sobreviviendola, quiza viviendola es un gesto plenamente mortal y rico en su todo. El goce de los triunfos y el lamento de los fracasos deberian ser obligatoriamente mesurados. Una derrota puede abrirnos las puertas al infierno, y mostrarnos a la muerte esperandonos llena de sadismo y satisfaccion. La fortaleza de quien quiere amar y ser amado, el don del que quiere aun maravillarse con lo sorprendente, la decision firme del que quiere vivir con el corazon aturdido de plenitudes, el coraje del que le hace frente a la inferioridad, y montones de otras explicaciones, pueden merecidamente llevarnos a la entera serenidad y sabiduria de la verdadera sino sospechoza percepcion de la buena vida.
Querer ser protagonistas de nuestras vidas, es probablemente ahorrarnos lamentos y caminos sinuosos, absolutamente en vano transitados; es decidir por nosotros mismos como queremos vivir, y si acaso queremos sufrir, reconocer que entonces la posibilidad de caerse recae en uno mismo. Saber que lo que elegimos brota espontaneamente de nuestro interior; del osado deseo de querer ser libres y felices.
Vivir la vida con los ojos bien abiertos y manipulados por nuestro corazon, es seguro. Cerrarlos para descansar, y relajarnos en el corazon ajeno, es quiza peligroso, pero talvez sea uno de los mayores gestos de amor y entrega que uno puede realizar.
Querer vivir con la frente en alto es digno de quien merece exitos. Abrir los brazos para abrazar a un amigo, es estar presente. Tener el corazon limpio y puro es real, pero imposible; querer tenerlo es maravilloso y habla de quien se juega y se manifiesta como un ser que ama, y quiere ser amado.